domingo, 19 de febrero de 2012

CAMILO HENRIQUEZ E IDENTIDAD

Al conmemorarse el bicentenario de la "La Aurora de Chile" se reseña la vida y obra de Fray Camilo. En efecto el sacerdote funda el periodismo patrio. Es interesante anotar que tanto en ese órgano de prensa como en proclamas que se le atribuyen, entre otras, aquella que suscribe como Quirino Lemachez difunde la doctrina, según la cual somos araucanos. Quienes se oponen a la ruptura con Madrid- sean "realistas" o "moderados", según su enfoque, serían malvados invasores y quienes pugnan por la emancipación "hijos de Rengo, descendientes de Caupolicán, de Tucapel, los invencibles soldados del Estado de Arauco". Es el eco del indigenismo cultivado por Miranda y cuyos padres remotos son los españolísimos Bartolomé de las Casas y Alonso de Ercilla y el ideólogo Rousseau con el mito del buen salvaje..

Las elites que administran la Independencia asumen de México a Buenos Aires y Santiago la indolatría que implica renegar de nuestro ancestro ibérico. El araucanismo impulsado por Camilo Henríquez -cuya filiación mapuche es fulera- se asoma en versos de los Himnos Patrios, en el escudo de armas carrerino... Su influjo cubre con mayor o menor intensidad dos siglos. En el aula básica entre Lautaro y Valdivia la chilenidad se identifica con el toqui y el Capitán General es el invasor. Sin duda, una caricatura que perdura contribuyendo a impedir seamos capaces de plasmar una identidad sólida. que fluya de nuestras raíces y ajena a la superchería. Antagonizando con el director de "La Aurora de Chile" Bolívar sentencia "No somos españoles ni indios. Somos un pequeño género humano mixto. Somos suramericanos".



viernes, 17 de febrero de 2012

MANUEL RODRIGUEZ

Es hijo de peruana y de español datos que oculta nuestra historiografía patriotera. Igual que Dorrego, Alvarez Jonte, Juan Manuel de Rozas y Vera y Pintado cursa Derecho en la Real Universidad de San Felipe. Organiza guerrillas. Monta el servicio de inteligencia que nutre de información al generalísimo San Martín durante la restauración monárquica. Mucho más se puede decir de este abogado que las turbulencias de 1810 convierten en militar. Imposible no reseñar que tras Cancharrayada -entrevero bélico que jaquea al Ejército Libertador de los Andes- se sobrepone al desaliento y pronuncia la frase "¡Aun tenemos patria, ciudadanos!. Más que eso, organiza el regimiento Húsares de la Muerte y se proclama director supremo.

Durante el régimen de O´Higgins (1818-1822) es tenaz opositor. Emblematiza el afán contestatario y el atavismo anárquico. Interrogado por su actitud proclama que la jefatura del Estado deben ejercerla uno por uno aquellos que capitanean el proceso de la Independencia. Llegó a manifestar "si fuese Director Supremo yo mismo me haría una revolución". El afán de sacudirse de cualquier control, el ingenio y la picardía que se le atribuye fueron convirtiéndolo en héroe popular. La literatura folletinesca del siglo XIX acentúo los matices de figura romántica. Su asesinato en Tiltil lo consagra. Violeta Parra y Pablo Neruda lo exaltan. Incluso el PC usa su nombre para bautizar, en los 80, una guerrilla urbana que procura desetabilizar a Pinochet.

Parecieran no existir testimonios que acrediten identificar a Rodríguez con lo que podría etiquetarse ahora "izquierda" o "progresismo". Carece -hasta donde he investigado- de concepción de Patria Grande que si la tuvieron, entre varios, su coetáneo Dorrego y O´´Higgins. El vínculo con el cuatrero Neira, la afición por la guitarra, la chicha, las chinas y la chingana son manifestaciones insuficientes para asignarle el liderazgo de temprano brote "populista". Ello pareciera atribuirle el historiador Galasso en biografía que, sobre este personaje, reseña la prensa. Sin embargo, en el imaginario colectivo de nuestro país -junto con Lautaro- es quien cosecha mayor admiración. Se le identifica con el coraje y la astucia.

miércoles, 15 de febrero de 2012

ESE... BALTASAR

Es el fetiche de los "progres" chilensis. Hoy aparece como damnificado por un dictamen del Poder Judicial de España. Cae así el ídolo. Se eleva a la categoría de héroe porque da luz verde a Londres para aprehender a Pinochet manteniéndolo por 500 días prisionero. Después aparece alterando la reconciliación española en un esfuerzo por sacar a flote los crímenes de lesa humanidad de los esbirros de Franco y jamás aludiendo a los testaferros de Stalín que diezman la izquierda peninsular ni tampoco a los histéricos anarquistas que asaltan conventos asesinando sacerdotes y violando monjas. Tampoco se le conoció opinión alguna sobre las tropelías de la OTAN en Libia y menos oposición al despacho de tropas españolas a Afganistán en operativo colonial. Es posible incrementar la lista de inconsecuencias de este superjuez que se permitió actuar como censor con repúblicas del III mundo. Ello con el aplauso de nuestra izquierda cosmopolita.


Respecto a Pinochet sostuvimos -contra viento y marea- que su enjuiciamiento debía ser asunto de los chilenos y no de europeos invalidados de "tirar la primera piedra". "Enjuiciamiento" vía judicial o magnicidio, pero Gran Bretaña ¿qué autoridad poseía para tal tarea? Por eso vale la pena recordar que, cuando Sarkozy se refiere al genocidio turco de armenios, Ankara le enrrostra los perpetrados por Francia en Argelia. Siempre el Viejo Mundo se arroga el rol de tutor del planeta. Es indudable que, en esa postura, la apoyan los eurocéntricos de la periferia que padecen de tortícolis de tanto contemplarlo como paradigma y bisagras en el espinazo por efecto de las genuflexiones.Imposible olvidar la puñalada del Madrid a Argentina, en 1982, con motivo de Malvinas. que le propina Felipe González, camarada del golpeado Garzón en el PSOE ¿Cúal será la postura de ese Baltasar respecto a Gibraltar y a Ceuta y Melilla? Optimo será preguntarsela.


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