lunes, 5 de octubre de 2009

EDUCACION Y PRESIDENCIABLES

Nada nuevo en el estratégico rubro. Coinciden los candidatos. Más dinero a la Cartera del rubro y elevación de la calidad. Penoso. No hay reflexión pedagógica. Algo nuevo -que no es nuevo, pero que en la condición plana del discurrir pareciera original- es un postulante que pide sea restaurada la doctrina de lo escolar como atención preferente del Estado. Otro, de modo muy pálido se atreve a solicitarle a los alumnos sean responsables en sus compromiso académicos. Ambos son atisbos de algo distinto, pero quien alude al Estado docente ha sido ministro de Educación y en tal función no movió un dedo y nada dijo. Por otro lado, el que exige algo elemental, pero trascendente: "que los estudiantes sean estudiosos" diluye el mensaje -por lo demás plagiado de una alocución del Presidente Obama- y al final lo deshilacha. En suma: cero.

Los candidatos coinciden en que la educación continue siendo de mercado y, por ende, sujeta a la ley de la oferta y la demanda. No un servicio, sino un negocio. Incluso lo practican las Universidades fiscales con aranceles por matrícula y mensualidades. Después aparecen dos esperpentos: la promoción con el benevolente "cuatrito", para no perder al cliente y la oferta con publicidad engañosa de opciones profesionalizadoras castradas de empleabilidad. Ni que hablar de las privadas: fundar una U es menos difícil que el montaje de un hotel y liceos y escuelas brotan como hongos después de un chubasco en virtud del "incentivo" que significan las subvenciones. Los candidatos parecieran ignoran que la estructura escolar "traga" sumas cuantiosas como el tonel de las Denaides. Sobre "calidad", por favor... nadie aun la define.

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