viernes, 20 de noviembre de 2009

MURO DE BERLIN Y EL PEDAGOGICO

En la primavera de 1961 una veintena de estudiantes del Campus Macul (U de Ch) visitamos a nuestro profesor Hernán Ramírez Necochea. Nos inquieta el Muro que edifican Ulbrich y Honeker. Ya habíamos padecido dos ciclones -el informe de Nikita sobre el crímenes de Stalin y el genocidio de Hungría por el Ejército Rojo- ahora venía encima un tercero. Nuestra devoción marxista se terremoteaba. Después de polémicas al interior de la parroquia de Corvalán y Gladys Marin entre fieles filigreses y potenciales disidentes, se acuerda entrevistarnos con quien es catedrático, historiador y miembro de la cúpula del PC. Cuento corto: con amabilidad nos manifiesta de modo tajante que las imágenes de esa gigantesca valla alambrada son un montaje fotográfico. Se trata -argumenta- "de otra maniobra de la prensa capitalista y de la CIA" (sic). Al poco tiempo se sabe la amarga verdad. Sin embargo, opta por el silencio. El oportunismo político se impone. Ignoro si por convicción o hipocresía. Si por conveniencia o cinismo. Lo cierto: se echa al bolsillo la vocación de cientista y la ética académica. El "maestro" jamás nos da explicaciones. Lo recuerdo a propósito del 20º aniversario de la demolición de aquel Muro de la ignominia.


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