Se conmemora el centenario del natalicio de este ilustre venezolano de estatura continental. Imposible olvidarlo. Ya en los 50 su texto “Las lanzas coloradas” es lectura obligatoria. En aquellos bancos liceanos -bajo la tuición del maestro Alfonso Calderón- nos asomamos a ese torbellino de sangre, selva y heroísmo que es el trópico. De entonces hasta apenas ayer el autor nos acompaña con su reflexionar agudo contribuyendo a “iberoamericanizarnos”. Sus artículos en “Visión” son iluminadores. Compite con Germán Arciniegas en la labor que apunta a rescatar lo criollo en nuestro universo obnubilado por lo europeo.
Fuimos devotos lectores de “Las Nubes”, “La isla de Robinson”, “Godos, insurgentes y visionarios” y “Creación del Nuevo Mundo”. Su obra –cuento, ensayo, novela…- cubre casi cien títulos. Apenas disponemos de cátedra, lo recomendamos a nuestros alumnos. Fallece a los 94 años y con completa lucidez. Hace programas de TV y se interesa por lo pedagógico. Importante mencionar “La Universidad y el país”. En política sabe de la cárcel y del destierro. Postula a la Presidencia. Se convierte en senador. Es objeto de múltiples galardones entre los que destaca el Premio Príncipe de Asturias y el Premio Rómulo Gallegos.
Ejerce la docencia y representa a Venezuela ante la UNESCO. En Encuentro del V Centenario –monitoreado, en Misiones, por Jorge Abelardo Ramos- promuevo su candidatura al Nobel de Literatura. En Caracas lo entrevisto. Nos relata la charla en La Moneda que tuvo con Allende a poco del 11 de septiembre de 1973. Recuerdo la frase “aquello fue una tragedia griega”. Nada le hizo reír tanto como saber que los chilenos se creían los ingleses de América del Sur. No empalma con Chávez. El desencuentro es lamentable. Ahora, en este centenario, el balance lo enaltece. Sin duda, es un adelantado de la II emancipación.
Fuimos devotos lectores de “Las Nubes”, “La isla de Robinson”, “Godos, insurgentes y visionarios” y “Creación del Nuevo Mundo”. Su obra –cuento, ensayo, novela…- cubre casi cien títulos. Apenas disponemos de cátedra, lo recomendamos a nuestros alumnos. Fallece a los 94 años y con completa lucidez. Hace programas de TV y se interesa por lo pedagógico. Importante mencionar “La Universidad y el país”. En política sabe de la cárcel y del destierro. Postula a la Presidencia. Se convierte en senador. Es objeto de múltiples galardones entre los que destaca el Premio Príncipe de Asturias y el Premio Rómulo Gallegos.
Ejerce la docencia y representa a Venezuela ante la UNESCO. En Encuentro del V Centenario –monitoreado, en Misiones, por Jorge Abelardo Ramos- promuevo su candidatura al Nobel de Literatura. En Caracas lo entrevisto. Nos relata la charla en La Moneda que tuvo con Allende a poco del 11 de septiembre de 1973. Recuerdo la frase “aquello fue una tragedia griega”. Nada le hizo reír tanto como saber que los chilenos se creían los ingleses de América del Sur. No empalma con Chávez. El desencuentro es lamentable. Ahora, en este centenario, el balance lo enaltece. Sin duda, es un adelantado de la II emancipación.
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