En nuestro folklore el pícaro es Pedro Urdemales. Su origen, ibérico. No obstante, se identifica con la chilenidad . El extravio lo representa Alejandro Bello. Simboliza al que "anda perdió" y es inencontrable. Se refiere a un malogrado aviador cuyos restos, después de un accidente, jamás se ubican. Menos antiguo es Condorito. Lo crea Pepo y suplanta a Juan Verdejo Larraín –generado por Coke- como expresión del rotito. No alcanzan tales rangos Albertito, Rolando Cortínez y menos Peter Veneno o Rupertito. Sin embargo, Mateo –personaje de la revista “El Peneca”- logra perdurabilidad como modelo del alumno estudioso. Se trata de simpáticos paradigmas criollos.
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