lunes, 29 de marzo de 2010

DESPILFARRO, RECICLAJE Y ABULIA


De las casas del casco urbano tradicional de Santiago salen escombros... Sorprende que nadie recicla nada. Ladrillos de calidad allí esperan al camión municipal. Se cuentan con los dedos de la manos los vecinos que seleccionan materiales que sirve para recuperar los daños del sismo. He visto centenares de imágenes de caletas, villorrios y ciudades damnificadas de las Regiones VI, VII y VIII... y es lo mismo. Los habitantes piden ayuda del Municipio o del Fisco, sin embargo, pareciera no existir suficiente autoenergía reconstructora. Debiera comenzar apilando y seleccionando aquello susceptible de reciclarse. En centenares de imágenes se muestran una enorme cantidad de elementos valiosos, como por ejemplo, madera exhibiendo la categoría de "cachureo". Tengo la hipótesis: tal despilfarro oculta nuestra atávica pereza. Con el estado de catástrofe se restauró el orden pública y ahora debe venir la movilización voluntaria o coercitiva para reconstructir. De esa tarea no escapan docentes y alumnos -los operativos señalados son educativos-, ni los reos que con ello se rehabilitan, ni los damnificados adultos y jóvenes que esperan la mediagua mientras imploran víveres y hasta televisores gigantes para... superar el trauma. Esta demanda suelen legitimarla ciertos psicólogos que, en aquellas comarcas siniestradas, ofrecen auxilio clínico.

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