El nuevo Ministro de Educación se propone crear "50 liceos de excelencia". Serían clones del Instituto Nacional y del "Carmela Carvajal". Sorprende la amnesia, pues es Eduardo Frei R-T quien intenta lo mismo. La iniciativa se incuba a mediados de su mandato y ya en la presidencia de Lagos está moribunda. Hoy es un cadaver, pero sus banderolas: "innovación", "equidad" y "calidad" continúan hipnotizando. Cada cual las define a su amaño y la confusión es contundente. En su momento aquellos planteles se apodan también Liceos de Anticipación o Liceos Laboratorios. Se conciben como "locomotoras" del sistema. Los aglutina el Proyecto Montegrande que implica un despilfarro de no menos de us$100 millones. Hoy Joaquín Lavín lo exhibe como novedad. Si se alude a esos dos establecimientos capitalinos top se deriva que los que se funden serán "humanístico-científicos". Esos que preparan sólo para la Universidad o para la nada misma. Continuanos demostrando escasa originalidad pedagógica al ofrecer como panacea "más de lo mismo". Lo urgente es una reingeniería de la estructura escolar con énfasis en la capacitación tecnológica. Esta debe iniciarse en Básica impulsando de modo precoz las manualidades productivas. Es lo que el país requiere para elevar los ingresos de las familias -como se dice ahora- "vulnerables" y, de ese modo, contribuir al desarrollo económico.
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