Los docentes de Historia -en función de la nueva Reforma- protestan por la reducción horaria en beneficio de Lenguaje y Matemática. Sin embargo, no se autocritican. Salvo excepciones que confirman la regla, en el aula, son rutinarios y eurocéntricos. Esto significa que no abandonan la clase frontal, la finalizan dictando un cuestionario y se restringen a temas de la evolución de Europa. Lo chileno y lo iberoamericano carecen de adecuada presencia. Desde otro ángulo, nunca solicitan reponer como asignaturas Economía Política y Educación Cívica. Más aun, en investigación reciente se verifica que -en elevado el porcentaje- no leen la prensa ni otros libros con excepción del texto escolar. Bautizan como "trabajos de investigación" artículos "bajados" de Internet. Los evalúan con "azules". Están habituados a "pruebas de ensayo" -o preguntas abiertas- que son el biombo de la charlatanería estudiantil. Han abandonado -gradualmente- la conmemoración de efemérides y es extraño verlos dictando una charla a la ciudadanía y jamás publicando una nota en diarios o revistas ¿Habrá que pensar que "no les da el ancho"? Lo cierto es que "horitas más u horitas menos" se hace urgente una autocrítica de mis colegas. Esta debe extenderse a las Facultades de Educación que los titulan donde hay "mucha tela que cortar".
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