A la catástrofe telúrica -terremoto y tsunami- se añade la hecatombe nuclear. Los reactores de Fukushima se desmoronan y vomitan radioactividad. La tragedia es triple. Ante el hecho aquella nación resiste. Se conserva estoica. Sin duda una colectividad de heroicos soldados. En aula enseñamos "Japón es el primer país del III mundo que vence el atraso y el vasallaje convirtiéndose en superpotencia". Hoy se reitera la opinión. La mística patriótica y la disciplina social se imponen para superar la tragedia. Desde acá elevamos nuestra bandera para saludar a la ciudadanía nipona que brinda al planeta una lección de ética de singular valía. Desde el fondo del alma manifestamos ¡Arriba Japón!
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