Es tema que origina estéril contrapunto. Hay quienes creen que tal polémica es indispensable y otros inevitable. Así como los juristas exigen"el debido proceso" y los uniformados se escudan en "la debida obediencia" exijo "la debida atención". Ello para manifestar que es torpe derivar en ese bizantinismo equivalente a la controversia de los doctos de Constantinopla enredados en la discusión acerca del "número de ángeles que caben en la cabeza de un alfiler" mientras la asediada metrópoli estaba a punto de caer en poder de los genízaros del Sultán. Lo importante es distinguirnos de la "Otra América" y no escribir y hablar de América como si fuese un saco en que coexistimos con norteamericanos y canadienses. Nuestra América debe ostentar apellido. En caso contrario sería puro territorio de Tierra del Fuego a Alaska. Otro anzuelo envenenado es aludir al "americanismo" a secas. Nos pone en la misma "jaula" que la John Birtch Society, el KKK y la Legión Americana que son los grupos ultragingoistas deYanquilandia.
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