A propósito de artículo de Andrés Soliz Rada -ex Ministro de Hidrocarbutos de Evo Morales- denunciando la locura fragmentadora del indigenismo me permito comentar que -hoy por hoy- el destino de nuestra América vuelve a decidirse, como en Ayacucho, en Bolivia. El plan es atomizar a esa patria hermana y convertirla en un gran agujero negro.
Sólo una Bolivia cohesionada posibilita integración entre Perú y Argentina y por lo tanto entre Argentina y Ecuador y Colombia... Es decir se triza la idea de Methol de la unidad de los hispanoparlantes para que se sienten juntos en la mesa frente a los lusoparlantes y construir un Estado Continente. "Sin unidad de los hispanoparlantes" -decía- "no hay integración, sino hegemonía brasileña".
Se juzga urgente un texto orgánico de Soliz que analice el indigenismo y sus aviesos propósitos. Desde orilla del Atlántico lo juzgo una nueva trampa de los imperios. Somos como expresara José Vasconcelos "la raza cósmica" o no somos nada. Si no aceptamos nuestra condición mestiza como un hecho ineludible pasamos a ser mil fragmentos impotentes antes las macropotencias.
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(*) El autor de esta nota es el Dr. Marcelo Gullo, experto argentino de RRII. Es catedrático de la UN de Lanús y autor de varios obras
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