Esta es una expresión frecuente en textos rioplatenses. Equivale a fragmentación. Se aplica al desmembramiento de nuestra América acaecida con la Independencia. Se cita, obvio, a Bolívar, San Martín, Santa Cruz o Morazán como quienes intentan, sin éxito, impedirla. Balcanizadores, por ejemplo, son Santander, Portales, Flores o Ballivián.
El nombre del fenómeno alude a los Balcanes donde el separatismo ha sido morbo endémico. Sin embargo, se debe anotar que la monarquía servia integra ya en 1918. Tal complementariedad la conserva y perfecciona el mariscal Tito. Según informa Milovan Djilas (x) ese líder propicia más que una Yugoslavia compacta, una federación balcánica.
Tal proyecto incluye a Albania. Grecia queda excluída porque, en ese país, la guerrilla comunizante es desbaratada. El Kremlín es adverso al propósito titoísta. En el PC albanés Stalin moviliza a antifederativos. La historia reciente verifica que el deceso de Tito implica -con auxilio externo- el resurgir de los particularismos disolventes.
La unidad lograda con la monarquía y Tito se hunde. Quienes suceden al héroe partisano, al fomentar la hegemonía servia, estropean el saludable equilibrio entre las nacionalidades. Los imperialismos aprovechan la oportunidad y atomizan a Yugoslavia. Con ello, la "balcanización" readquiere el significado tradicional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario