Se necesita con urgencia una reingeniería de la estructura escolar. El mundo académico -¡cosa curiosa!- es refractario a modificaciones de fondo. Apenas si tolera cambios de forma. Un ejemplo son las mutaciones de nombre de las asignaturas. Lo que antes es "Castellano" ahora es "Comunicación y Lenguaje", lo que fuera "educación primaria" hoy es "básica", la "secundaria" se rotula "media". Los mismos colegas son rutinarios. Hasta los chistes con que suelen amenizar las clases, año a año, son los mismos. Nos vemos obligados a recordar a Lampedusa en el "Gato pardo". Ello con la frase "todo debe cambiar para que siga igual".
Hoy surgen Liceos Bicentenarios. No implican ninguna reingeniería. Se intenta la clonación, en áreas desvalidas o distantes, del "Carmela Carvajal" y del Instituto Nacional. Comienzan en 7º Básico lo cual ya es una deformación centenaria conocida como "Preparatorias". ¿Cuál es la estrategia de selección de los postulantes o no la habrá? ¿Cómo se renovará la planta docente o se recurrirá a los mismos colegas del lugar? Desde otro ángulo, ¿es conveniente que apunten sólo a la U? Ello implica que, por las promociones automáticas, los egresados pugnarán por convertirse en ingenieros, abogados o "doctores"... Esa movilidad social es letal.
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