Lo que invita a la duda:
a) el vandalismo y el pillaje de los manifestantes. Puede que los líderes sean inocentes de estos desbordes, pero a su vez demuestran incompetencia en controlar a los "desconformados cerebrales" apodados "encapuchados" que destruyen y roban. Se amparan tras nobles ideales, pero desperfilan la movilización.
b) sorprende que los representantes de estos "pinguinazos" y "mochilerazos" se conviertan después en candidados a concejales y diputados ¿Habrá en eso un acomodarse al establishment? ¿Un utilizar al estudiantado anticonformista como trampolín para trepar? Caso Vallejo es emblemático.
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