domingo, 20 de abril de 2014

EL MODELO JAPONES

Japón capta temprano el dilema: "tecnologización o sometimiento". Su hermetismo queda roto en 1853 ante la presencia extorsionadora de la escuadra estadounidense del comodoro Perry. En 1868 el mikado aniquila al shogunato. El absolutismo suplanta la feudalidad. El país experimenta un cambio revolucionario. No es una revolución clásica al estilo francés con barricadas, guillotina y republicanización, sino una metamorfosis impuesta de la cumbre a la base.

El Imperio del Sol Naciente emprende así -con mística y disciplina- el camino del industrialismo. Es el primer país del III mundo que supera el rezago. Ya en 1905 pone de rodillas a Rusia y en la I Guerra Mundial es potencia beligerante. Apenas un archipiélago de suelo pobre, sobrepoblado y derrotado en 1945 se pone de pié. Hoy continúa siendo potencia aun careciendo de FFAA.. Si pudo superar Hiroshima y Nagasaki imposible lo amedrenten tsunamis y sismos.

El subdesarrollo implica un déficit de ese peculiar "saber" y "hacer" que es la tecnología. El modelo nipón poco analizado por nuestra clase política señala un camino. Es el del desarrollo industrial. Carece de materias primas, pero   expende    artículos con valor agregado. En cada vehículo japonés hay, por ejemplo, metales de Chile. No obstante la fábrica genera el producto que se exporta.    No padece el país el "deterioro creciente de los términos de intercambio".

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