miércoles, 16 de abril de 2014

MISTICA: POLICIA Y MAGISTERIO

La mística no se come. Tampoco genera ingresos. Es dificil definirla. Sin embargo, sabemos que ese curioso  “no se qué” da prestancia y eficiencia a toda faena. Sin ella –y eso lo saben quienes lideran “la roja”- aparece el desgano y el “arratonamiento”. Inyectarla es tarea del líder. Sostenerla, en todo momento y lugar, un desafío. Pueblos enteros la poseen o pierden. La cultivan las instituciones con raíces y con afán de perdurar.

Hay situaciones que estropean la mística. Imagino, por ejemplo, como se sentirán los integrantes de la  PDI con los indultos decretados por La Moneda a narcotraficantes y carabineros dado de baja por "apremios ilegítimos". Entonces en sustitución de ese “no se qué” que lo es todo surge el cinismo. En los partidos políticos ya no hay apóstoles, sino gerentes y la ideología es puro barniz. Lo cínico se llama  “pragmatismo” y se juzga actitud normal.  

En la docencia la mística es esencial. Se manifiesta en el fervor por estimular el aprendizaje.  En asumirse como educador ejerciendo un liderazgo sui generis. Sin ella la tarea de enseñar se torna castrada de eficacia y de encanto. Como se está extinguiendo la desmotivación magisterial es epidemia. Públicas desautorizaciones y atropellos a su investidura convierten a los docentes en  monigotes. Con ese material humano no hay reforma posible.




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