Los bustos de Carrera y O´Higgins ornamentan la sede del Poder Legislativo. Nadie repara que ambos son
encarnizados adversarios. Conclusión: el hoy pule las aristas del ayer. En
todas las ciudades hacen esquina las calles Rodríguez y O´Higgins. No se extrañen
que en el futuro –por ejemplo, en la Plaza de la Constitución- junto al
monumento de Allende esté otro de Augusto Pinochet. Una invitación a
reflexionar. El tiempo es un detergente generador de amnesia.
Carrera es un avezado militar
golpista. Dicho de otro modo, interviene con tropas en política. El mayor
damnificado con los cuartelazos es el I Congreso Nacional. Excluye a los
diputados leales a la Corona. Luego disuelve la bancada moderada y fabrica
artificialmente una mayoría “exaltada”. Ella reúne a los extremistas de
entonces que impulsan la ruptura con Madrid. No conforme, clausura ese cuerpo
legislativo y asume la dictadura… Entonces, aquel busto… sorprende.
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