Una publicación evoca el film "Gunga Din". El
personaje es un hindú que actúa contra su país favoreciendo a los británicos.
Es uno de los clásicos del cine de los 40 y esta basado en un texto de Rudyard
Kipling. Constituye una apología al colonialismo en la India. Los esfuerzos primermundistas
legitimadores de su política expansiva cubren el 7º arte. Imposible no referirse a la serie "Beau Geste" y
hasta a Tarzán, sin olvidar las infinitas películas de vaqueros del Far West. En estas el héroe -"jovencito" en la jerga chilensis- es un cowboy rubio, alto y ojos azules que asesina pieles rojas como si fuesen
ovejas y de yapa humilla a mexicanos.
Escena de pelicula. Vean la distancia entre el héroe occidental y el hindú juzgado un adefesio. |
Las fuerzas contestatarias del siglo XX -concluyo- adolecieron de debilidad en el ámbito de la cultura. Denunciaron a los imperialismos en la esfera fáctica (militar, económica y política), pero dejaron al garete el plano de la conciencia y la
sensibilidad. No operaron en esa
esfera. Olvidaron que la guerra se gana no sólo en el ruedo de la lid, sino en la testa y el corazón de las muchedumbres. Tal vez esto explique nuestra permeabilidad a los enfoques de Washington, Londres, París, Moscú y la reticencia a comprender la justicia que asiste a pueblos tercermundistas. En el XXX aniversario de la
victoria de Vietnam sobre EEUU y de Argelia sobre Francia es conveniente insistir en este punto de vista.
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