La norma establece que, a los 18
años, se preste el Servicio Militar Obligatorio SMO. Aproximadamente 150 mil muchachos alcanzan anualmente
esa edad. Son teóricamente la base del reclutamiento. De estos apenas poco más
del 15% cumple el compromiso. Lo habitual
es que el resto –la inmensa mayoría- quede sin instrucción. Por otro lado, la institución del reservista
otrora vigorosa hoy yace abandonada.
El SMO se visualiza como un
perjuicio al trabajo y al estudio. El lapso que ocupa se juzga excesivo. No
escasean quienes lo estiman un esfuerzo de la elite uniformada para disponer de
servidumbre. El principio de libertad estaría siendo conculcado por esa
compulsión a vestir uniforme, aprender el manejo de armas y el acatar
mecánicamente a un superior jerárquico. Excesos disciplinarios, accidentes en
campañas, errores del mando … incentivan a abolirlo.
Es un hecho que no ha motivado
jamás crítica alguna del Ministerio de Defensa que el SMO esté restringido sólo
a quienes provienen de hogares modestos. Los retoños de la mesocracia y de la
clase alta quedan siempre exentos. Hubo vulneración –de modo temprano- del
espíritu de la ley que lo establece en orden a fundir, en un mismo crisol de
chilenidad, “al hijo del palacio y al
hijo del taller”. Ese esfuerzo de homogeneización incluía obvio a la
progenie de los inmigrantes.
El 2001 el Poder Ejecutivo presenta
un proyecto de reforma de la conscripción obligatoria. Sucesivos comandantes en
jefe entre los cuales destaca Cheyre se muestran proclives a una supuesta
“modernización”. Implica en suprimir l obligatoriedad. Argumentan que el
armamento moderno es tan alta sofisticación exigente de que exige personal especializado. De allí deriva
proponer FFAA profesionales y concebir la milicia un desempeño remunerado y
voluntario.
La conscripción deja entonces a
constituir obligación y derecho para convertirse en una nueva burocracia
fiscal. Se evita etiquetar a estos cuadros estables como “mercenarios” y no hay
referencia a que la ciudadanía queda privada de personal –en actividad o
reserva- dotado de nociones básicas necesarias tanto en la guerra como en la paz. Hay tareas en la cual los uniformados
son sustantivos, por ejemplo,
catástrofes telúricas, obras como embalses, carreteras y forestación
La “atracción fatal” de los
modernizadores son experiencias primermundistas. Entre crear o imitar optan por
lo segundo. El afán de calco está presente en la iniciativa. Se exhibe como
óptima porque “esta vigente en los países más avanzados” (sic). No se descarta,
por cierto la presión del Pentágono que anhela jibarizar las FFAA para mejor
manipularlas y mantener en el analfabetismo castrense a la población civil con
lo cual una invasión de marines sea inatajable
La reforma está en el error
porque el país y el subcontinente exigen -para su defensa masas movilizables y
aptas para confrontaciones de tipo irregular. Tropas de elite son siempre
útiles, pero en nuestro mundo por efecto del gigantismo territorial el factor
número es clave. Con cualquier metódica de entrenamiento se juzga el cuartel como indispensable como ámbito
de educación militar, tecnologica y cívica. Obvio, tareas de naturaleza
ingenieril son ineludibles.
FFAA: labores de forestación |
Son
necesarios –se opina- el SMO y su complemento: el reservista. La población es
proclive a la negentropía. Hay muchedumbres candidatas a sumergirse en la
pereza y la drogadicción. La desertificación avanza –de norte a sur- a 40
kilómetros anuales. Las arterias fluviales arrastran al océano toneladas de
fértil légamo. Imperan el analfabetismo funcional y el analfabetismo
tecnológico. El quiebre hombre-paisaje es notorio. En consecuencia necesitamos para
la república un Ejército de masas que sea la nación en armas.
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(*) Análisis de esta temática en "FFAA: inquietud permanente" de
Prof. Pedro Godoy.
Muy claras palabras sobre el servicio militar obligatorio chileno.
ResponderEliminarComo bién acota el profesor, sin "Antucos" de por medio; pero, para muchos jóvenes que apenas "alcanzaron" 4to. medio, sin posibilidades laborales y lo que es peor, algunos sin padres ni familia alguna; el SMO viene a ser la línea entre la vida y la miseria. Creo que para muchos lo es; así como aprenden a conducir vehículos y otros ofícios; conocen en un mundo disciplinado, saber oír y cumplir órdenes.
Sólo Reservistas les llaman después; pudiendo formar cuerpos de ayuda en las frecuentes catástrofes; como antes defensa civil; hoy, reciban capacitación en primeros auxilios y labores de rescates, alojamiento en cuarteles a estos voluntarios reserva registrados.
Un tema largo, aún sin desarrollo
Mis respetos a usted, profesor
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