lunes, 17 de noviembre de 2014

CHILE: ¿ APOCADO ?

Contrariamente a lo que pudiera creerse Chile es "apocado". Eso significa padecer de  complejo de inferioridad. La autoestima pigmea se atenúa con prepotencia respecto repúblicas que estima débiles como Bolivia. El contrapeso está en humillarse ante las megapotencias. Este proimperialismo no es sólo de la derecha. También lo exhiben los gobiernos de la Concertaciòn y de la Nueva Mayoría. Ni que hablar del comunismo "criollo", campeòn de servidumbre perruna ante la URSS. Las expresiones "indio", "roto", o "huaso" se emplean como insultos. Lo extraño es que se atribuye a la "sangre araucana" supuestas cualidades del "roto" en la contienda de 1879. Se escucha aquí, en el colmo del fatalismo, "la raza es la mala" mientras se deplora que no fuesemos colonizado por Alemania u Holanda. Es siempre conveniente reflexionar sobre estos tópicos identitarios.

En eventos mundiales -por ejemplo, ONU, Cumbre del Milenio o APEC-  nuestros mandatarios aluden a Chile como como país pequeño, periférico y ubicado al fin del mundo.  Esto es discutible. Si el planeta es una esfera ¿que país no es periférico? Al perdurar, en mapotecas, aquel planisferio de Mercator que ubica a Europa céntrica es obvio que se internalice en nuestros pueblos "de capitán a paje" la dañina sensación de marginalidad que impide a nuestra subregión valorarse ¡Cómo no justipreciar que seamos propietarios de un amplio balcón al Pacífico que no separa, sino vincula con Asia y Oceanía! Más aun, una representación cartográfica sur-norte  -desde el polo austral- permite captar que, pasando sobre la Antártica, se está "a tiro de pistola" de Sudáfrica e incluso del océano Indico.

Lo de "pequeño" es también discutible. En superficie Chile supera a los países de Europa occidental. Su potencial demográfico es mayor, por ejemplo, al de Suecia o Suiza... Está bien dotado de recursos naturales. Ahora, si por "pequeño" se entiende "pobre" Chile lo es. Exporta metales, fruta y madera sin valor agregado. Saludable sería que docentes y discipulos intenten detectar qué contravalores favorecen el subdesarrollo y la dependencia. Cada curso es un "insectario" vivo de aquellos defectos que fomentan el déficit de recursos y el vasallaje. Anotense apenas dos: la pereza y el calco. Eso de "creerse" pequeño y periférico, en su esencialidad, son fenómenos psicoculturales.  No es la intención de nuestros mandatarios internalizar el automenoscabo al aludir a eso de "país pequeño", pero -aunque no quieran- merman la autoestima.

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