martes, 5 de mayo de 2015

BOLIVIA CON MAR

  
  1. La Guerra del Pacífico (1879-1883) confronta a Chile con Bolivia y Perú. La motorizan intereses oligárquicos mapochinos coludidos con empresas británicas. El pretexto es el royalty aplicado por La Paz al quintal de nitrato de sodio exportado por empresas anglomapochinas. El choque armado permite a Santiago apropiarse de la hoy denominada II Región. Así la patria de Evo queda enclaustrada. Perú padece una ocupación militar que  genera rencores perdurables.
    Si a Bolivia se le usurpa el Departamento del Litoral los peruanos pierden Tarapacá, Arica y Tacna. Este último territorio regresa a soberanía peruana por intervención, en 1929, del Presidente Carlos Ibáñez. Ese año se suscribe el Tratado que pone fin a los litigios y se establece la Línea de la Concordia como límite. Sin embargo, tal documento establece una especie de cosoberanía sobre Arica. No puede Chile ceder a ningún país ni un milímetro de ese suelo o mar.
    Esta disposición sella el encierro boliviano. Por eso es que el biliteralismo del problema es un error de La Paz que aprovecha La Moneda. Por tal motivo quienes favorecemos devolver su “condición oceánica” a la patria de Andrés Santa Cruz y Germán Busch Becerra hacemos presente que la demanda es trilateral. Necesariamente el Perú debe intervenir en la centenaria querella. Ello para generar el megapuerto triestatal que proponemos bautizar “O`Higgins”.
    Tal enclave favorece a Brasil cuya urgencia por asomarse al Pacífico es conocidas y al extremo norte de Argentina. Tal polo de desarrollo triestatal debe incluir área desmilitarizada con supervisión de organismos como ONU, UNASUR, CELAC... Permite también desembotellar a Paraguay. El sur peruano y el norte chileno aliviarán su situación deprimida. Ahora bien, el megapuerto implica un corredor boliviano, es decir, una franja territorial que se confiere a expensas de Chile con la anuencia de Lima.
    La otra opción que sugiere Torre Tagle es que Chile otorgue el corredor por Antofagasta. Argumenta ese fue territorio de Bolivia. Chile -y en esta esfera- sostiene que un corte de territorio con bordes de soberanía boliviana generarían aumentaría a cinco sus fronteras. Sería un país partido como lo estuvo Panamá hasta el pacto Torrijos-Carter. Mediante la fórmula bosquejada -se opina- se suturan las últimas heridas del fratricidio de 1879 .

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