El influjo quechua en Chile es antiguo. Comienza con la epopeya de los Incas que expanden el Tahuantinsuyo hasta la ribera norte del Maule. El influjo cultural supera a lo político y militar. La presencia del Cuzco alcanza a Chiloé. Cronistas del XVI se asombran al observar, en corrales, llamas y alpacas. A horcajadas de tropas arriba el idioma quechua. Es detectable en el idioma castellano de Chile. Luego de los regimientos del Incanato arriban colonos que enseñan agricultura, alfarería y metalurgía a los pobladores originarios. Con ello la lengua. Los ibéricos, comenzando por Almagro y Valdivia traen como soldados auxiliares a súbditos de Húascar y Atahualpa,
Lo anotado explica los quechuismos en uso cotidiano. Así la voz "guagua" para referirse al o la lactante. Su adopción es centenaria. Recientemente se incorpora "nana" para aludir a la empleada doméstica rebautizada como "asesora del hogar". "Huaina" significa muchacho y los comentaristas deportivos ignoran que "cancha" es un quechuismo. Los expertos en gastronomía desconocen que el mismo origen poseen la "humita" así como el "charquicán". La toponimia está cubierta de nombres de la misma procedencia. Infinitos son los nombres de ríos, cordilleras, villorrios, barrios. Los excursionistas designan la merienda como "cocaví" y los metereólogos se refieren a la "camanchaca".
Citemos otros quechuismos para acentuar nuestra troncal ligazón con Perú y Bolivia. Son quechuas expresiones como "ulpo" "cocho", "huasca", "pampa", "choclo", "cochayuyo", "guata", "copucha", "huincha", "halluya", "chupalla", "chasca", "chascón", "chape", "guacho", "yapa", "ojota", "chaucha", "chala", "chirimoya", "chanca". "chuchoca", "cueca", "poncho". El criollo para exaltar un sitio donde existe abundancia exclama "¡Chicha y chancho!"·. Hay lexicógrafos que evaluan quechuismos el nombre de los paradigmas de la chilenidad: "huaso" y "roto". Ojalá este enumerado no ocasione infarto a nuestros patrioteros.
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