El feriado el lunes 2 de enero consagra como hábito el relajo y la pereza. Millones son los que pierde el país por tal decisión que no obedece a nada y nutre el afán demagógico de La Moneda. Peor todavía, el Congreso Nacional aprueba el asueto por unanimidad.
Hubiesemos querido al menos un voto disidente que nos devuelva la fe de que en Chile aun existe la sensatez patriótica. Jackson y Boric no dijeron ni pio. Estamos en un 2º lugar en Iberoamérica en materia de jornadas festivas. Un galardón que averguenza.
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