lunes, 10 de mayo de 2010

U: AGONIA Y QUIEBRE



El estilo inaugurado, en 1842, por Andrés Bello comienza a languidecer en 1981. La monitoría de la U de Ch sobre las Casas de Estudio -no más de cinco- queda en el ayer. Se impone el tropicalismo de no menos de 70... tal explosión posee efecto de bomba racimo si se añaden otros tantos Institutos Profesionales. Ahora amén de los estudios tradicionales comienza la oferta de postgrados. Por efecto de la plétora, al título hay que añadir el grado testimoniado con otro «cartón». Se obtiene mediante cursos presenciales, semipresenciales, por correo o Internet. Lo importante para el inversionista es que los candidatos continúen pagando colegiaturas mes a mes. Sin embargo, ello no es garantía de trabajo porque el empleador suele estimar «caro» a alguien con currículum vitae abultado.

La celulitis del sistema se explica por el ultraliberalismo de los Chicago Boys. Como discípulos de Milton Friedman e imitadores del modelo estadounidense, reducen a escombros el Estado docente. Imponen, entonces, de modo irrestricto, la libre empresa en el rubro. La docencia superior -y también la básica y la media- son entregadas a las leyes del mercado. De paso la gratuidad es suprimida. Ya los padres no consultan como antaño por una carrera «¿cuánto dura?», sino «¿cuánto vale?» Los alumnos se convierten en clientes. Habrá que retenerlos para que... sigan pagando y originen subsidio del Fisco. Los académicos ya no son de carrera, sino «a la carrera» y la cátedra pasa de sacerdocio a «pituto». Ante el sombrío panorama que supone el deceso del legado de Bello, la Concertación no dice ni pío.

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