Eso que “nadie es profeta en su tierra” lo confirma Isidora Aguirre. La reciben con afecto en La Mancha, comarca castellana, específicamente en la ciudad de Almagro, donde nace el Descubridor por su obra de teatro. No es festiva como “La Pérgola de las Flores”, sino dramática. Se trata de “Diego de Almagro”. En ese texto –paso a paso- la autora hurga en el alma del héroe y describe su aventura, ventura y desventura en este suelo que, desde entonces, asume el nombre de Chile. Así como enaltece en otra pieza a Lautaro ahora glorifica al Adelantado ¿Inconsecuencia? Se equivocan quienes así opinen. Lo que ocurre que -con intuición y sabiduría- supera la controversia “hispanismo” versus “indigenismo”. Ella rescata –en un plano de saludable equilibrio- ambas raíces primigenias. Una y otra nutren nuestra identidad. Hubiésemos anhelado que los aplausos peninsulares se escuchen aquí y se le otorgara el Premio Nacional de Literatura. Así lo proponen ayer Patricia Verdugo y el CEDECH. Hoy, en una campaña de envergadura conosureña, la campaña la impulsa Máximo Kinast Avilés. Anhelamos se obtenga éxito. Pedimos a nuestros amigos, simpatizantes y lectores adhieran . El comprmiso se anota en www.efirmas.com/3874007/index.htlm
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