Con la Guerra de Chile contra la Confederación Perú-Boliviana (1835 a 1839) comienza a plasmarse nuestra geopolítica con sus respectivas hipótesis de conflicto. Se refuerza 40 años después con la Guerra del Pacífico (1879-1883) y se hace doctrina con la Misión Militar Alemana arribada al país a fines del XIX y cuyo jefe -Emilio Körner- interviene en la Guerra Civil de 1891 que depone al Presidente Balmaceda después de dos cruentas batallas: Concón y Placilla. La sustantivo de tal cuerpo teorético es que el país es una ínsula europeoide rodeada de adversarios y debe, en consecuencia, acomodarse a la "paz armada". El estribillo es "Si quieres la paz, prepárate para la guerra". Son capítulos de nuestra historia los forcejeos con Argentina a la cual se le atribuyen afanes expansionistas y que nos usurpa la Patagonia, con Perú denunciado como revanchista porque anhela rescatar Tarapacá y Arica que pierde en el último conflicto belico indicado y con Bolivia que exige -con diversos tonos y tácticas variadas- una salida al mar porque también en aquella conflagración Santiago le arrebata Antofagasta que Palacio Quemado denomina "Departamento del Litoral". Esta concepción mapochina legitima la xenofobia y el armamentismo.
Las Academias de Guerra y las Escuelas matrices de las FFAA, los planteles de enseñanza básica,media y superior y los manuales de estudio, diarios y revistas, efemérides, radioteatros y programas de TV reiteran como un dogma lo anotado. Cualquier discrepancia es aniquilada. Ayer con la persecución. Hoy -y desde hace ya unos tres decenios- con la metódica de negar tribuna o con otra aun más sutil: el silencio. Ni en los ámbitos de mayor solvencia intelectual ingresa el revisionismo histórico y ni siquiera se examina la tesis de Hispanoamérica concebida como nación invertebrada. Las tesis integracionistas de O´Higgins se ignoran. José Antonio Vidaurre es un golpista asesino y Portales, el magno organizador del Estado "en forma". El aporte en este rubro de Joaquín Edwards Bello y Felipe Herrera se menosprecian. La excepción: el Presidente Carlos Ibáñez del Campo. En su I mandato reintegra Tacna a Perú. En su II -pese a la infiltración chauvinista- adhiere con Getulio Vargas al ABC de Juan Perón y, poco después, a la propuesta de los EEUU andinoplatenses (1). Es el único intento de zafar al país de ese lecho de Procusto en que lo mantienen nuestro establishment de Prieto a Bachelet.
Ninguna fuerza política disiente de esa geopolítica. El "internacionalista" PC esquiva el tema tanto por analfabetismo como por temor a perder sufragios. El PS de modo escandaloso respalda las cuatro administraciones de la Concertación cuyo frenesí armamentista es conocido. El PDC emporca la doctrina de Eduardo Frei Montalva que, en su obra impresa y en su Presidencia (1968-1970), es bolivariano e invita a Prebisch, Sanz de Santa María, Mayobre y Herrera a presentarle un proyecto de Mercado Común Latinoamericano (2). ´Sin embargo en el sobaco de esa tienda hay un viejo antiargentinismo. Lo representa Alejandro Magnet autor de "Nuestros vecinos justicialistas" y "Nuestros vecinos argentinos". Su continuador hoy es Ignacio Walker , un oligarca DC que se desempeña como canciller de Lagos y ataca de modo sostenido al peronismo por su "vocación corporativo-fascista", Quizás por el viraje de Fidel del humanismo martiano al marxismo-leninismo y su adhesión a Moscú, Frei pasa de la posición indicada a adherir a la Alianza para el Progreso. De latinoamericanista se hace -igual que Haya de la Torre- interamericanista.
Allende sostengo (3) retrocede ante la armaduría de un trapecio antimperialista de naturaleza o´higginiana que "pateara" el tablero a la arcaica geopolítica. Los generales Velasco y Torres gobiernan, respectivamente en Perú y Bolivia. Perón ya ha regresado de dilatado exilio. Es el momento. Lo manifestamos a la tambaleante Unidad Popular. Nuestra propuesta es desdeñada. La Habana la deslumbra y se cree que el salvavida vendrá de eso que denominan el "campo socialista" (4). Todo lo demás es una alpargata. Es 1973 y los ufanos "estrategas" allendistas argumentan que Bolivia no da garantía por su inestabilidad crónica. La Moneda ve la paja en el ojo ajeno y no siente la viga conspirativa que le perfora el piso. Es una oportunidad perdida. Una negociación por encima de las cancillerías habría resuelto el litigio del Beagle y Torres afianzado en el poder con la cesión de un enclave portuario sobre el Pacífico. ¿Cómo explicar esta suerte de impermeabilidad a escucharnos? Se atribuye a que la geopolítica no es sólo un sistema de teorías y una política de Estado, sino que también genera un vaho cultural que envuelve a toda la sociedad "de capitán a paje" y sin distingos a izquierdas y derechas.
La explicación del apoyo semiclandestino de Santiago a Londres durante la guerra de Malvinas obedece a la lógica del "enemigo inmediato" versus el "aliado distante". El general Matthei -entonces miembro de la Junta de Gobierno y, por ende asesor de Pinochet- lo expresa con el adagio "El enemigo de mi enemigo es mi amigo". Eso de países hermanos es pura retórica `para uniformados, integrantes del Ministerio de RREE y la Empresa El Mercurio así como para la población adoctrinada por la clase alta denominada ahora ABC1. Otro ingrediente de nuestra geopolítica es la red de "aliados inmediatos". Entre estos figura Brasil. Se le exhibe como la subpotencia que prestará apoyo diplomático y militar en caso de guerra con Argentina. Paraguay se visualiza como enemigo de Bolivia. El MERCOSUR pareciera debilita la entente cordial -imaginaria o efectiva- entre La Moneda y el Planalto y Asunción. El otro es Ecuador que amagaría por el norte a Perú. Vulnerando el Tratado de Río -durante la Guerra del Cenepa- aviones ecuatorianos son cargados de armamento en aeródromos de la FACH y buques chilenos son sorprendidos descargando municiones en Guayaquil. Por ese motivo cualquier gesto de armonía de Quito a Lima altera la quietud en La Moneda.
Lo anotado explica la insularidad de Chile y su integracionismo sólo verbal así como su eurocentrismo en lo cultural y la ligazón con Washington que acompaña a la república desde 1835. Eso que "Chile es distinto, distante y superior" es un slogan coincidente a ese otro "Los chilenos somos los ingleses de América del Sur" y a un tercero menos añejo, pero igualmente excepcionalista "Chile es mansión elegante en barrio ordinario". Hay otro: "Good by Latinamerica!" que emitiera como lema Joaquín Lavín al finalizar el régimen militar. Ese particularismo es masivo y sofoca cualquier pensamiento o acción de tipo bolivariano. La callejera peruanofobia de hoy, el antibolivianismo de la chistología así como los abucheos a un equipo de fútbol argentino son expresiones de esa desconfianza, desprecio o envidia de un pueblo que ignora que su padre -Bernardo O´Higgins Riquelme- es tan chilenizante como peruanófilo, bolivianonófilo y argentinófilo. El revisionismo histírico es tarea ineludible y indemorable. Así se podrá enderezar lo torcido y denunciar lo falsificado respecto al ayer. Por ciero no es todo, pero si un comienzo.
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(1) ver Godoy, P.: "Chile versus Bolivia:otra mirada"
(2) ver Godoy, P.: "7 ensayos suramericanos"
(3) ver Godoy, P.: "FFAA: reflexión permanente"
(4) eso explica aquel estéril viaje al Moscú de Brezhnev.
Chile: Biopolítica
ResponderEliminarHay otras miradas, Profesor. La Historia es una delgada capa de grafito sobre el papel eterno de nuestra Naturaleza.
Saludos
Alexis
Chile
¿destino manifiesto?
Por Alexis López Tapia
Los chilenos somos -fundamentalmente- incultos, y por cierto, fundamentalmente hábiles e incluso muy inteligentes en ciertos aspectos básicos de nuestra conducta.
Durante la conquista y los trescientos años de colonia, no tuvimos la oportunidad -ni nos interesó en demasía-, hacernos de un amplio bagaje de conocimientos poco aplicables, demasiado abstractos y teóricos que, por sí mismos, no nos aseguraban -ni siquiera hoy- la simple subsistencia en este largo valle entre el mar y las montañas.
Aprendimos a ser prácticos, "económicos" incluso.
Tal noción de práctica y economía nos ha marcado a fuego, incluso hasta nuestros días.
Las anécdotas acerca del "chileno" que solucionó un tremendo problema de mecánica o de ingeniería "con un simple clip, o con un chicle", son una constatación patente de esto último.
Cuando la señora de alguna población -que con suerte terminó cuarto medio-, o un "maestro chasquilla" -que apenas llegó a octavo-, son capaces de resolver arduos problemas tecnológicos aplicando simple lógica o conocimiento empíricos, nos encontramos frente al resultado objetivo de una historia donde las carencias fueron, y siguen siendo, sistemáticamente suplidas a fuerza de inteligencia práctica pura.
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Vivimos en un territorio hermoso, enormemente feraz hasta cierto punto, pero a la par, absolutamente duro y riguroso con aquellos que no logran resolver rápidamente los problemas fundamentales de la existencia. Españoles y Mapuches -"indios visigodos" todos en general-, comprendieron por la fuerza que en Chile vale mucho más ser práctico que soñador... aunque sean los sueños profundos del Alma Nacional los que nos han animado siempre.
ResponderEliminarEstamos marcados por este constante existir de quinientos años en el angosto valle del Chile Central, donde apenas hay tiempo para la reflexión profunda, ya que la simple sucesión marcada de las estaciones y los cambios cíclicos, nos demanda y nos obliga a permanente adaptación práctica, y paralelamente nos niega el derecho a profundizar demasiado en el análisis de qué somos y a dónde vamos.
De allí que únicamente consideremos efectivamente relevante al Estado en situaciones de catástrofe -algo también cíclico en nuestra historia-, y que por ello, en general, tengamos más admiración por aquellos políticos que solucionaron parte de nuestros problemas prácticos, que por esos otros que tuvieron alguna visión de mayor amplitud teórica, y muchas menos consecuencias cotidianas.
Cuando alguno de estos últimos surge ¡brillante!, en medio de la opaca y rutinaria medianidad provinciana que nos embarga desde el origen, o bien lo transformamos en Mito -y por ello, en parte, en una mentira-, o bien lo condenamos a la Muerte Histórica, por haber sido incapaz de cumplir con todas nuestras expectativas.
Admiramos así (e internamente también odiamos, por supuesto), contradictoriamente, a Lautaro y a Valdivia, a Portales y a Balmaceda, a Salvador Isabelino, y -por supuesto-, también a Augusto José Ramón.
Por ello, nuestros "Máximos Héroes" -como alguna vez me señaló uno de mis Maestros-, "son siempre sospechosos".
Abusamos, por ende, del "chaqueteo y del serrucho", no porque en realidad menospreciemos a aquel que nos supera, sino simplemente porque -en nuestro fuero interno-, creemos o ciertamente sabemos que posiblemente somos mucho mejores que él.
Somos, de este modo, bastante taimados y peligrosos: podemos pasarnos la vida entera pensando en cómo fregar a nuestros enemigos, ¡y pobre de aquél a quien consideremos como tal!
Dicen... por ello, que somos un Pueblo "belicoso", y la verdad entera es que en realidad no lo somos... simplemente se trata de que hemos vivido una vida entera luchando contra nuestro sino como Nación, y contra nuestro propio sino como chilenos, ¡y pobre de los estúpidos que nos compliquen demasiado la vida que llevamos, ya de por sí demasiado difícil para ser condescendientes por leseras!
Somos, sí, absolutamente beligerantes y combativos... aunque esos temas del "Nuevo Orden Mundial", la "Economía Globalizada", y los preceptos "universales" de los "Derechos Humanos" nos obliguen permanentemente a pensar más allá de nuestras fronteras.
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Claro.
ResponderEliminarSomos fundamentalmente prácticos y bastante adaptables.
Y cómo no serlo...
Vivimos en un país maravilloso, incluso pese a nosotros mismos.
Cierto, soñamos con el resto del Planeta... pero nos sigue abismando el misterio profundo de nuestras propias raíces.
Tenemos perpetuas ansias de horizontes lejanos, pero a la par nos sentimos íntimamente desamparados en medio de la pampa inabarcable.
Soñamos con cielos inauditos, pero sólo nos sentimos protegidos al mirar las estrellas únicamente entre el mar y la cordillera.
Durante doscientos años hemos sido los "bichos raros" del vecindario regional... demasiado serios para ser felices como los brasileños, demasiado conscientes de nuestras limitaciones para ser tan extrovertidos como los argentinos... demasiado sencillos para comprender las complejidades aristocráticas del virreinato del Perú, y enormemente llanos para llegar a las alturas conceptuales del altiplano boliviano.
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Somos simplemente chilenos, y a veces, no nos alcanza ni siquiera con eso.
ResponderEliminarEn nuestro campo profundo, abundan los apellidos "hobbit", como Acevedo, Olivares, Montecinos y Arce, por citar sólo algunos.
Somos un engendro eternamente a medias, entre la "gente de la tierra", y los "hijos de alguien".
Pero allí -profundamente enterrado en nuestra memoria genética... colectiva... nacional-, hay una ansia permanente de otros horizontes, de lejanas latitudes. Como si toda nuestra Historia de carencias y dificultades nos estuviese permanente llamando a superar nuestros propios límites. A llegar más allá pese a todo.
Chile es una Promesa que aún no hemos cumplido.
Chile en un sueño que aún no terminamos de soñar.
Chile es el brillo en los ojos de nuestros hijos antes de que el invierno de los problemas vuelva opacas sus miradas.
Chile no es un "destino manifiesto"... es la simple esperanza de superar nuestras propias limitaciones y carencias.
Y si hay algo por lo que estoy y moriré orgulloso de Ser Chileno, es porque nadie más en todo el Mundo, y ni siquiera en el último rincón del Universo, tendrá esta inaudita capacidad de ser a la par un escéptico y perpetuo pragmático... y paralelamente un eterno soñador y aventurero.
Chile no tiene un "destino manifiesto". No lo necesita, no lo requiere.
Chile es simplemente la esperanza de construirlo, pese a todos y pese a todo.
Por eso Soy -orgullosa y humildemente- Chileno. Y por eso estoy dispuesto a Morir, y sobre todo, a Vivir así, simplemente por serlo.
¡Yo construyo mi Destino!
Y Chile debe aprender a construirlo, de una vez y para siempre.
Eso es todo.
Oye, aparte de procholos eres antichileno?
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