sábado, 22 de enero de 2011

EL ROTO EN YUNGAY: PANEGIRICO Y AGRAVIO


El 20 de enero de 1835 tropas chilenas y peruanas aniquilan, en la batalla de Yungay, al ejército de Andrés Santa Cruz. Culmina así la primera guerra entre las exprovincias del Imperio español que, con el rango de repúblicas, recién se emancipan de la tutoría de Madrid. Aquel choque armado implica movilizar -como "carne de cañón"- a centenares de rotos. De allí en adelante comienza la glorificación de ese personaje típico. Después lo ponen de moda Délano con Juan Verdejo y Pepo con Condorito. El elogio se marchita al transformarse en agravio. Nada más denigrante que ser calificado de "roto", "roteque" o "roticuaco". En las aulas los docentes usan el término identificándolo -igual que "indio" y "huaso"- con grosero. Históricamente, hay opiniones divididas sobre aquella conflagración confundida, frecuentemente, con la Guerra del Pacífico. Hay quienes la estiman una colosal torpeza porque destruye el esfuerzo integrador materializado en la Confederación Perú-Boliviana. Tal experimento es apoyado por chilenos de la estatura de O´Higgins y Freire ¡Cómo para meditar!

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