En el contexto iberoamericano -de Patagonia a México- la población amerindia no supera el 5%. Es cierto, hay repúblicas que singularmente consideradas pueden disponer de porcentajes significativos, pero -por otro lado- el proceso de urbanización disminuye el número de aborígenes. Al radicarse en las metrópolis contraen matrimonio con criollas y, en el caso de Chile, tales individuos dispondrán de progenie "champurria", es decir, mestiza. Lo mismo ocurre en Perú y Ecuador donde la dinámica de Lima, Quito y Guayaquil convierte al aborigen en citadino y, por ende, respectivamente, se peruaniza y ecuatorianiza.
Lo que aumenta ahora no son los indígenas, sino los indigenistas. En función de los ecos de la leyenda negra denigratoria de los hispánico resurgen posturas favorables, por ejemplo, al pueblo mapuche. En Bolivia -un mestizo convertido en Presidente- se proclama aymará y el mandatario de Ecuador -hiperblancoide- se erige en indigenista. Las ONGs con sede en Escandinavia, el Reino Unido y EEUU apoyan este indigenismo que, en su postura ultra, no sólo exige respeto y suelo, sino autonomía y hasta soberanía. Con ello trancan el desarrollo y amenazan con atomizar aun más Iberoamérica.
Estos comentarios se refieren a manifestaciones de protesta contra el Día de la Hispanidad que conmovieron a varias capitales. Se ignora que son las repúblicas y no la Corona la que usurpa los territorios indígenas. Chile es un caso cercano. La denominada "Pacificación de la Araucanía" es obra del Presidente Domingo Santa María. Por otro lado, en los tumultos son mayoría los "champurrias" capitaneados por blondos muchachos y muchachas ABC1. La moda impide comprender que lo incaico, lo tiahuanocota, lo azteca y lo muisca así como lo araucano hoy son piezas de museo.
Lo viviente que abarca el 90% de la población -aprox. 500 millones- es lo mestizo. Como expresara Bolívar "no somos europeos ni indios, sino un pequeño género humano mixto. Somos suramericanos". En esa estirpe nueva fundada -a partir de 1492- están las raíces de la identidad que desconocen -o desprecian- indigenistas y eurocéntricos. Esa es la identidad reivindicada por CEDECH y III Línea en la Plaza de Armas este 12 de octubre (ver http://youtu.be/e8jw0MRe9V0) y es la que motiva a movilizarnos para evitar que los impostores ganen la calle.
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