domingo, 9 de septiembre de 2012

BOZA Y UNIVERSIDAD


El decano Boza manifiesta su decepción respecto a la calidad de alumnado de Facultad de Arquitectura de USS. Añade que la masificación abarata los estudios. La calidad declina ante la imposibilidad de alcanzar el mínimo de excelencia. Se impondría lo "charcha". Se le destituye pisoteando  así la libertad de cátedra -es decir, el fuero que ampara a un académico para exponer su opinión.

Según mi enfoque no ha sido la intención del profesor Boza excluir a alumnos de origen modesto de las aulas, sino quejarse de aquellos cuya base cultural es tan precaria que pese a la dedicación de los docentes no logran  alcanzar niveles medianamente aceptables. Estos "discípulos" están inflados de vanidad por estar en la U y convencidos que, porque pagan, es obligación titularlos.

Facilitar el ingreso de alumnos de los quintiles "vulnerables" a la U es esfuerzo del MINEDUC por lograr movilidad social a sectores postergados. Ello suprimiendo exigencias y exámenes. Esta esquizofrénica permisividad resulta un supernegocio para los planteles privados. La convergencia de demagogia y codicia origina, entre otras patologías, la hiperinflación académica.

En aula hay clientes y las jefaturas exigen promoverlos. Son producto de un sistema escolar donde predominan las promociones automáticas."Nadie repite todos pasan" y lo normal son los "cuatritos solidarios".  Los doce años no fueron de "educación", sino de "escolaridad". Estas son las fuentes del desencanto del  profesor Boza. Si todos las callan, yo las proclamo.

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