El indigenismo es potente. Sus
apóstoles, como los magos, extraen conejos de
sombreros de copa y levitan, dejándonos boquiabiertos. Obtienen dineros
fiscales y apoyo externo. Las consignas que agitan son “respeto a la diversidad” y “la no discriminación de las minorías étnicas”.
Si apenas ayer se manifestaba que en Chile, a diferencia
de Bolivia y Perú, no existían "indios" y
-según añadía- cualquier racista a la violeta "ni
negros". Actualmente -en virtud de la moda o la taumaturgia- hasta se resurreccionan pueblos aborígenes ya
extinguidos. Al respecto hay mucha, pero muchísima
tela que cortar. No obstante, por ahora un asunto puntual.
La ley 19.253 promulgada en la Presidencia de Patricio Aylwin establece que etnias originarias son ocho. Se enumeran así mapuche, aimará, rapanui, atacameños, quechuas, collas, alacalufe y yagan. No hay noticias ciertas por lo menos de cuatro. Las dos últimas están en vías de extinción. Atacameños y collas son pura arqueología El 2006 se reconoce como etnia a un grupo que manifiesta constituir la colectividad diaguita. Conozco por investigación sociológica de campo la IV
Región de mar a cordillera. No se constata la existencia de villorrio,
toldería o familia de esa estirpe. Son un dato del ayer remoto. En efecto existió, pero se incorpora a la chilenidad en función del mestizaje.
La Revista del Sábado de El Mercurio (16.08.2014) informa de diaguitas del Huasco. Ya han sido reconocidos por CONADI y negocian con la Barrick Gold por Pascua Lama. Una de las líderes es Maglene Campillay y su colaboradora, Solange Bordones. Recuerdo que años atrás una Ministra de Educación destituida -ahora diputada- Yasna Provoste Campillay también se ufanaba de su indianidad olvidando, por cierto, su españolísimo apellido paterno. Ayer el establishment inculca que somos de raza blanca de origen europeo. El propósito fue establecer distancia respecto a peruanos y bolivianos. Ahora nos fuimos al otro extremo. No se reconoce que el ser chileno es de condición mestiza.
La Revista del Sábado de El Mercurio (16.08.2014) informa de diaguitas del Huasco. Ya han sido reconocidos por CONADI y negocian con la Barrick Gold por Pascua Lama. Una de las líderes es Maglene Campillay y su colaboradora, Solange Bordones. Recuerdo que años atrás una Ministra de Educación destituida -ahora diputada- Yasna Provoste Campillay también se ufanaba de su indianidad olvidando, por cierto, su españolísimo apellido paterno. Ayer el establishment inculca que somos de raza blanca de origen europeo. El propósito fue establecer distancia respecto a peruanos y bolivianos. Ahora nos fuimos al otro extremo. No se reconoce que el ser chileno es de condición mestiza.
La liviandad de la ley 19.253 por su laxa normativa permite la superchería. Se visualiza un enorme riesgo en la moda bosquejada. A la magia -o al negocio- se suman los "afrodescendientes" de Azapa y Lluta. Están en boga categorías como “interculturalidad” y
“plurietnicismo”. Ambas encubren el peligro de convertir lo chileno que,
substancialmente, es crisol de mestizaje en una gavilla de supuestas micronacionalidades. Ya estamos escindidos en lo vertical. Coexisten 1 millón de caucásicos –los Infante- que mandan y 17 millones de mestizos –los Machuca- que
acatan. Ahora se quiere agregar una fragmentación en horizontal con eso de
“inventar” pueblos aborígenes.
Estimado señor profesor: Me permito disentir de sus opiniones respecto a los afrodescendientes chilenos. En primer lugar no habitan, como usted dice, en los Valles de Azapa y Lluta, sino en toda la Provincia de Arica,Región XV de Arica y Parinacota. El INE efectuó recientemente una Encuesta Afro, la cual dio como resultado que un 4,7% de los habitantes se reconocen como afrodescendientes. Esta comunidad tiene una historia muy antigua en la Región y posee fuertes lazos familiares, costumbre religiosas, tradiciones gastronómicas y festivas, etc.,por lo cual no puede atribuirse a alguna invención con el propósito de hacer algún negocio, como desliza usted en su artículo. La ONG ORO NEGRO, se fundó en el 2001, y ha sido la principal impulsora, entre otras agrupaciones que ha trabajado por el reconocimiento de los afrochilenos, personas ligadas a este territorio y no inmigrantes, ya que consta de todas las crónicas históricas que llegaron junto con los españoles en calidad de esclavizados, y que a lo largo del tiempo fueron adquiriendo su libertad y dedicándose a varios olficios, agricultores en Azapa y Lluta, cargadores en el puerto, lavanderas, comerciantes, y en elo día actual cuenta con profesionales universitarios y ha tenido incluso un senador, don Humberto Palza Corvacho, ya fallecido.Saludos. Dino Toledo R,Secretario ej.ONG.ORO NEGRO.
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