Desde siempre -al menos de 1810 en adelante- se acude a lo foráneo para
resolver problemas internos. Entre devanarse el seso buscando una solución
propia y la facilidad de copiar lo exótico no nos perdemos. Lo
"extranjero" es lo europeo y, por extensión, lo estadounidense.
Nadie
escapa de ese imitacionismo que, en su semilla, es la pereza y la inseguridad.
Ni derecha ni izquierda, ni gobierno u oposición, ni pudientes o indigentes, ni
ilustrados o ignorantes... la inercia empuja a moros y cristianos al calco.
La
extranjero no se "adapta", sino se "adopta". En economía Pinochet y la Concertación nos tuvieron de rodilla ante Milton
Friedman y la Escuela de Chicago. En el XIX opera como supremo gurú Juan
Gustavo Courcelle Seneuil.Intoxica de librecambismo y sus discípulos
triunfan en Concón y Placilla.
En pedagogía el plagio es escandaloso. Se
menosprecia cualquier enfoque criollo y se remedan modelos escolares europeos
mientras desfilan expertos euronorteamericanos divulgando teorías que luego se
difunden desde las cátedras como versículos del Corán.
"El Mercurio" brinde tribuna a diversos "expertos" europeos y estadounidenses que opinan sobre asuntos escolares. En las Facultades de Educacion se cita -entre otros- a Piaget, Feuerstein, Vidorski en medio del respeto atávico por lo exótico. Eso es coloniaje mental.
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