Existe la tendencia -de modo intermitente, pero sostenida- a bregar por la complementariedad de nuestra América. Antenor Orrego se refiere al "pueblo continente". Jorge Abelardo Ramos a la "nación latinoamericana". Como legatario de Manuel B. Ugarte alude también a la "Patria Grande". En los 30 el estandarte lo enarbola el I Haya de la Torre. Actualiza el tema Juan Domingo Perón al formular el proyecto ABC -alianza de Argentina, Brasil y Chile- . Durante el lapso verdeoliva de la revolución de Castro, en la II Declaración de La Habana, se alude al "latinoamericanismo libertador".
Por cierto es Hugo Chávez -desde la presidencia de Venezuela- quien asume el liderazgo del bolivarismo. Antes, sin mayor estrépito el PS de Chile, desde 1933, propone una Suramérica organizada en federación. En cada república de este "mundo ancho y ajeno" hay quienes quiebran lanzas por la meta. José Vasconcelos en México, Salvador Mendieta en Centroamérica y en Chile Joaquin Edwards Bello y Felipe Herrera. Desde España esa causa recibe el respaldo de Salvador de Madariaga y Julián Marías. No pocos emacipadores adhieren a tal tesis. Antagonizan OHiggins y Portales en la raíz de la Guerra de Chile contra la Confederación Perú-Boliviana.
Los PPCC, aunque se acoplan -oportuna o tardíamente- a las revoluciones que conmueven a Cuba, Venezuela o Nicaragua oscilan entre el "internacionalismo" o el "indigenismo". Empujados por Chávez aceptan con escaso entusiasmo la etiqueta de "bolivarianos". No se autorrotulan "latinoamericanistas" y menos nacionalistas continentales. A falta de un amo externo -"el hermano mayor"- subsisten adscritos a La Habana y Caracas. Antes promueven con fervor la rusolatría. Desde los 30 impulsan -más de palabra que de hecho- la autonomía de lo que hoy se denominan "pueblos originarios".
Comunizantes y liberales desde siempre simpatizan con el separatismo vasco y catalán. Se activan durante la Guerra Civil española adscritos a la causa republicana (1936-1939). En cuanto a la interpretación de nuestra historia -devotos de la leyenda negra que tanto perjuicio ha hecho a nuestra identidad-- exaltan las colectividades autóctonas y menosprecian el aporte ibérico. Coinciden con los autores de tratados y textos. Hoy -obvio- apoyan el desmembramiento de la Península. Están -puño en alto- por la secesión de Cataluña. El Presidente Maduro apoya la balcanización ibérica. Anula así el bolivarismo de Chávez. Es el divorcio entre teoría y praxis.
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