Es increíble... se quiere enseñar mapuche. Un dialecto que apenas lo habla un 20% de la
colectividad mapuche, de la noche a la mañana, se convertirá en materia de estudio. No
hay docentes que asuman la tarea de enseñar mapudungún. Me imagino: se
improvisarán y cada uno obtendrá remuneración.
Mientras el castellano oral y escrito languidece. La dicción es deplorable, la ortografía da
pena. Redactar una nota origina angustia. La lectura declina. Ya no existe
pena. Redactar una nota origina angustia. La lectura declina. Ya no existe
el compromiso de aula en orden a declamar. Pese a las cojeras anotadas ahora se
anhela enseñar mapudungún. La iniciativa es pura esquizofrenia.
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