Los primitivos pobladores del Nuevo
Mundo son denominados, por Colón, "indios".
Legitiman la expresión, la plática, el texto, el
aula y la prensa. Sin embargo, se trata de error
con más de medio milenio. Colón programa
alcanzar el Oriente navegando hacia el Occidente.
Su plan –aunque extravagante para la época– no
considera un imprevisto. Se tropieza con una
masa territorial. Cree, tozudamente, que los
bordes costeros antillanos, venezolanos y
brasileros son playas niponas y chinas. Al Asia,
en conjunto, se conoce entonces en Europa como
"Indias" y a los canoeros caribeños que bogan
hasta las carabelas el almirante los bautiza como
"indios". Hasta hoy perdura tan postizo gentilicio.
Ahora se usa hasta como vituperio para
tipificar lo vandálico y la fealdad. Sin duda,
brote de racismo. Desde otro ángulo, se está
ante la apropiación ilícita del nombre de los
habitantes de la India. Se atenúa el error con
las denominaciones "aborigen", "indígena",
"autóctono", "natural", "nativo"... Hay una
más actualizada cuya autoría ignoro. Me refiero
a "amerindio". No siendo exacta es menos
equivocada. Generalizarla no es fácil.
Percatada del error colombino la Corona
genera la expresión "Indias occidentales".
Los hispanos nacidos aquí suelen etiquetarse
"españoles indianos". Eso de "indios" es dato
adherido como perno de muelle en la cabezade millones incluyendo a los "indios" que no son tales.
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