martes, 13 de diciembre de 2011

PSU: ¿SEGREGATORIA?

Se comenta que ese certamen es discriminatorio al reservar los mejores puntajes a los colegios VIP y los bajos a los planteles del "perraje". Difícil convencer que la brecha no es producto de esa "prueba que debiera suprimirse". Su fin sería la venta del "sillón de don Otto". La secular estrategia pedagógica -a horcajadas de la gratuidad- ocultaba, medianamente, la odiosa estratificación de la sociedad al mezclar en la misma aula a los hijos de las distintas clases permitiendo el fomento de la movilidad sin masificar. Desde otro ángulo, los estratos siempre han existido y es un error atribuirlos al neoliberalismo aplicado por Pinochet y la Concertación. Lo que ocurre es que la fórmula privatizadora -LOCE y LEGE- del capitán general a Bachelet evidencia que existen ¡y qué abismo las separa!


La educación de mercado robustece una estructura escolar hiperclasista. Al fondo, "última carta del naipe", quedan los establecimientos municipalizados cuyos alumnos obtiene menos de 500 puntos. ¿Bajo CI? ¿Alimentación deficitaria? ¿Pereza? ¿Hogares vulnerados? Las interrogantes generan polémica. Sin embargo, lo verificable es la torrencial fundación de liceos. Esto impide disponer de docentes idóneos. Otro factor, la reducción del nivel de exigencia complementado con el quiebre de la disciplina. Se la tacha de "autoritarismo" y, por ende, excluida. Superar las fallas anotadas no implica la abolición de las clases sociales, pero si asegurar una movilidad social "limpia" que evite aniquilar la calidad por la cobertura. Suprimir la PSU -sueño de algunos- es barrer la basura bajo la alfombra.

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