lunes, 20 de mayo de 2019

CARLOS ALTAMIRANO

CARLOS ALTAMIRANO

Todo muerto es un santo, Así lo juzga nuestra sociedad,       Ayer     no   más un Alan
García, un pillo de 7 suelas, era objeto de llorones homenajes en Lima. El velorio de
Trujillo es rubricado por las lágrimas. Otro tanto ocurre con Gladys Marín. La necrofilia
es generalizada. Ello impide observar con objetividad las crímenes y   torpezas  que 
los difuntos  han perpetrado.

Imposible olvidar como la postura ultra de pitucos de la estirpe de       Altamirano, de                          
y Enríquez exhibían durante las horas postreras de la UP. Ellos empujaron a Allende 
al precipicio y pavimentaron el camino a la irrupción de las FFAA el ll de septiembre. 
Ningún. o  casi ningún,  de los termocéfalos es reprimido. Las  "habas que se comío
el burro" se las come el pueblo allendista.

 Los otros, aquellos que convocavan a la "guerra sin cuartel contra el imperialismo  y  
la oligarquía" escaparon "libres de polvo y paja". Regresan 17 años más tarde - para 
administrarla resurrecta democracia.                      Varios se albergan en embajadas 
extranjeras ya en la víspera del "11"  Altamirano    huye con el apoyo de la policía de
de la RDA. Disculpen los necrofilicos, pero no me presto para mascaradas.

sábado, 18 de mayo de 2019

EL MAPUDUNGUN

MAPUDUNGUN COMO ASIGNATURA 

Es increíble... se quiere enseñar mapuche. Un dialecto que apenas lo habla un 20% de la
colectividad mapuche, de la noche a la mañana, se convertirá en materia de estudio.   No
hay docentes que asuman la    tarea de     enseñar mapudungún. Me imagino: se 
improvisarán y cada uno obtendrá remuneración.

Mientras el castellano oral y escrito languidece. La dicción es deplorable, la ortografía da 
pena. Redactar  una nota origina angustia. La lectura  declina. Ya no existe
 el compromiso de aula en orden a declamar. Pese  a las cojeras anotadas ahora se 
anhela enseñar mapudungún. La iniciativa es pura esquizofrenia.

BULIMIA PEDAGOGICA


Se trata de una dolencia que afecta a los denominados expertos del MINEDUC.        Se manifiesta en el  afán de repletar la enseñanza de más y más materias. Uno recuerda el refrán "quien mucho abarca, poco aprieta". Antes de ayer se vivió la ilusión de convertir a todo el país en angloparlante. Hubo que aterrizar en algo elemental: no había docentes de Inglés. No pocos de los que ostentaban el   diploma de profesor de tal lengua apenas si la chapurreaban.


Vino luego la moda del idioma chino. Hasta llegaron docentes chinos. Se suponía enseñarían ese idioma. Regresan con capacitación en castellano, Se ignora cual fue su labor en los planteles del país. Ahora se promueve como el mapudungún. No sólo eso, también la danza y el teatro. Ello mientras se descuida la Matemática y el Castellano. Al menos así lo verifican el SIMCE y la PSU. Es urgente curarse de la bulimia, obvio sin derivar en la anorexia. Se exige apenas la normalidad.

jueves, 16 de mayo de 2019

TORPEZA MEXICANA Y LEYENDA NEGRA

LA TORPEZA MEXICANA Y LA LEYENDA NEGRA

El Presidente de México,en sendas misivas a monarca de España y al Papá, exige disculpas por la conquista. La juzga un genocidio. Debo manifestar a AMLO que se equivoca. La erosión de nuestra identidad comienza temprano con la leyenda negra. La plasma el P. Las Casas. La usan los emancipadores para legitimar la ruptura con Madrid. En el XX la estimula la escuela. Hoy la TV estimula la gringomanía cuyo reverso es la hispanofobia. El efecto: nuestras mujeres se autonenigran por no ser longilineas, blondas y de ojos azules. El vigor económico de EEUU y Europa vigoriza el desdén por lo propio. La pereza se atribuya a los ancestros propios. Estos no podían generar progenie dinámica y aseada. La piel olivácea y el cabello azabache se identifican con la siesta y con la mugre.

El repiqueteo continúa con ucronías que legitima el docente al lamentar que no nos colonizaran británicos, holandeses –por último- franceses o italianos. Se redondea el enfoque con la lapida en que se anota: “pero tocarnos los españoles”… Es lo que Rodó denomina la “nordomanía” que se mixtura con la hispanofobia. Se enseñará Historia Universal –ampuloso adjetivo que apenas si se refiere a Europa- y en esa materia jamás habrá un módulo sobre Historia de España. Los textos presentarán a Galvarino a punto de perder las manos y a Caupolicán empujado sobre un tabladillo para el empalamiento. De allí se deriva el remoquete de crueles y abusivos adosado a los conquistadores.

El mestizaje es ignorado. Da la impresión que Chile nace por generación espontáneo como hongo tras una lluvia el 18 de septiembre de 1810. Hacia atrás, oscurantismo y perversidad. Los mapuches son los héroes. Sin embargo, por otro camino .quizás algo soterrado- se usa la expresión “indio” como agravio y nadie quiere serlo. Investigación efectuada en comuna capitalina de ínfimos ingresos las familias opinan que los mapuches residentes son individuos “borrachos”, “amargados”, “flojos” y “porfiados”. En suma, detestables. Como conscriptos son vejados y es común atribuir el supuesto atraso económico y turbulencia política de Bolivia al alto porcentaje de población amerindia.

El inmisericorde bombardeo sobre nuestros antepasados “no deja títere con cabeza” en el alma de millones. Los enfoques anotados que se incorporan con la leche materna empujan al automenoscabo. Están tan incorporados que constituyen axiomas, es decir, ecuaciones que no ameritan examen. Se asumen como la Cordillera y el océano, dicho de otro modo, integra el paisaje. La matriz originaria está en la leyenda negra que –aprovechando el fervor justicialista de Bartolomé de las Casas- usan los Países Bajos -en aquella época insurreccionado contra Madrid- como argumento para legitimar su alzamiento. De allí aquello de “es más difícil que clavar una pica en Flandes”.

Los rebeldes flamencos transfieren al Reino Unido y éste a EEUU la leyenda negra. Se tiñe con luteranismo. Corrientes ideológicas de la vertiente laica la gasolinean como el propósito de enjuiciar a la Iglesia como la depositaria de disvalores que bloquean el “progreso”: contemplación, incuria, resignación, laxitud… La hispanidad se presenta en connivencia con lo católico. De perilla viene entonces otra comparación fácil, pero igualmente erosionante: EEUU se desarrolla porque está libre de la rémora que significa nuestra fe ¿Quienes la introducen?, pues los sacerdotes… españoles. Así los círculos se fatalidad se multiplican y el complejo de inferioridad se hace colosal.

Se empalma “el efecto deslumbramiento” –ese fetichismo por lo euroyanqui- con “el quiebre de motivación de pertenencia”. Este se manifiesta en no querer ser lo que somos y juzgarnos de segunda o tercera clase por nuestros ancestros-. La autoestima queda triturada. Si a una persona le insistimos que sus progenitores son ella, prostituta y el, delincuente la cosecha es la amargura, sentirnos leprosos. En el mejor de los casos un resignarnos a un presente del cual no somos responsables y negar nuestras raíces De allí la sobrevaloración que poseen en nuestro medio los apellidos europeos. La clase modesta al no poderse “engringar vía consanguínea” opta por el bautizo con nombres exóticos.

La leyenda negra al disparar sobre lo ibérico deteriora el sustento del rescate de la unidad de Hispanoamérica. Lo que la integra es la sabana ibérica. No somos forasteros los chilenos en México o Paraguay, menos en Argentina. Habrá –en todo sitio- xenófobos, pero la sangre, la lengua y la fe con todo lo que los tres elementos implican anulan la condición de extranjeros que pudiéramos experimentar en Tegucigalpa, Barranquilla o Mendoza. Hay, sin embargo, un fenómeno que amerita análisis mayor: ¿por qué hay quienes al desplazarse ven sólo lo distinto que juzgan inferior a lo propio? ¿Por qué otros ven siempre lo similar que estiman equivalente a lo criollo? Sin duda, un tema de psicología

Otra arista de la leyenda negra es la nostalgia por el ayer aborigen. No obstante, la mochila racista es potente y el modelo norteamericano explicitado en el lema “el único indio bueno es el indio muerto” se impone. Los tardíos lascasianos se obnubilan con ruinas mayas y vierten lágrimas por la captura de Atahualpa, pero al fin de la reflexión rehuyen la muchedumbre amerindia en una calle de Antigua, de una asamblea de Cuzco, el matrimonio de un retoño con un representante de “la minoría étnica” o se manifiestan confundidos con la hipotética fundación de una República Mapuche. No captan el mestizaje como el fundamento de nuestra identidad.

Esa mixtura la tuvo muy clara Bolívar, no así Chávez que suprime el 12 de octubre como Día de la Raza y anuncia que nuestra América debe denominarse “América India”. Esta devoción indigenista es la otra cara de la leyenda negra. Nos pulveriza y es una política incentivada desde los centros mundiales de poder. Concordamos en aquello que el Descubrimiento es una fórmula virreinalista y eso de Encuentro de Dos Mundos un marbete equivocado. Ello porque son tres los mundos si a lo peninsular se suma lo aborigen y a ambos lo africano. Aquello es algo más que un encontrarse es fundirse. De allí nuestra discrepancia con el líder mexicano y que enarbolemos el mestizaje como emblema.