lunes, 14 de septiembre de 2009

FELIPE HERRERA: EL OLVIDADO

Rescatar la memoria de este criollo de estatura continental es un deber cívico. Se le visualiza como un tecnócrata cepaliano y -como si fuese poco- Presidente del BID. "Felipe Dólar" lo apodaron los monaguillos "chilenos" del Kremlín. Sin embargo, hay datos que deben conocerse. Como funcionario de la II Presidencia de Ibáñez prepara el Tratado chilenoargentino de Complementación que suscribirán La Moneda y el mandatario argentino. De allí su criptoperonismo. En, 1945, electo Presidente de la FECH adhiere al socialismo adscribiéndose a la vertiente aprista expresada en el PSP adherente del ibañismo. No siempre es infalible en sus escogencias. Se identifica, después, sin suficiente espíritu crítico con Allende. Representándolo postula a la rectoría de la Universidad de Chile. Cosecha la derrota. El derrumbe de la UP lo sorprende marginal. Brindará refugio a la familia del Presidente depuesto. Ese gesto podría implicar, en aquel aciago momento, allanamiento e incluso arresto.

Los 17 años de exilio interior los aprovecha Herrera en continuar publicando sus obras. Todas con un sesgo notoriamente bolivariano. Antes –como se recordará- el Presidente Frei Montalva le encarga –junto a otros expertos- un proyecto de Mercado Común Latinoamericano. Desde el BID funda el Instituto para la Integración de América Latina INTAL. La primera iniciativa se marchita por efecto de la gravitación de la Alianza para el Progreso. Aquel centro académico padece hasta hoy de celulitis burocrática en su estructura y de sofisticación “confundiológica” en lo que investiga y difunde. En 1979 impulsa la candidatura de Haya de la Torre al Nobel de la Paz. Ello al conmemorarse el centenario de la Guerra del Pacífico. Aplaude la Declaración de Ayacucho y el Acta de Charaña que apuntan a poner fin al encapsulamiento de Bolivia. Apoya a la Casa Rosada en Malvinas y, después, la mediación vaticana que resuelve la querella del Beagle.

En ese 1982 estimula a quienes resuelven fundar el Centro de Estudios Chilenos CEDECH nacido –en lo inmediato- al calor de la epopeya del Atlántico austral. Será hasta el deceso su Presidente Honorario. Sostiene –en el contexto del socialismo chileno- la bandera latinoamericanista tarea no fácil entre vociferantes castristas y alabicados eurosocialdemócratas. Nos explica que, como representante del BID, favorece los proyectos carreteros, energéticos, industriales y mercantiles de tipo poliestatal que supusieran modalidades de integración. Al mismo tiempo en su docencia como catedrático en la Facultad de Derecho de la Casa de Bello y en sus textos proporciona fundamento económico a la tesis integradora. En lo sociológico identifica al Nuevo Mundo indoibérico como “una gran nación deshecha”. La “democracia pasteurizada” repuesta en 1990 lo olvida. Nunca fue posible lograr de la Casa de Toesca un reconocimiento a su genio y figura… Su producción intelectual es copiosa. Apenas se citan algunas de sus obras: “Nacionalismo latinoamericano”, “América Latina integrada”, “Nacionalismo, regionalismo e internacionalismo”, “Latinoamérica: viejas y nuevas fronteras”, “Comunidad latinoamericana de repúblicas: presencia de Chile”… son testimonio de un ideario sostenido y de una campaña permanente.

No es posible equipararlo a un Haya que es pionero en plasmar una doctrina y más que eso intentar una orgánica continental integracionista. Su estatura e irradiación debe cotejarse con la república en que nace y en la cual anhela un rol protagónico que no alcanza porque el destino le es adverso. No obstante, su trayectoria y labor ameritan que se le evalue –por sobre la lápida de ingratitud- como un adelantado de esa chilenidad raigal e irradiante que, en el ayer profundo, representan O’Higgins y Vidaurre. Hoy se le homenajea con motivo de un nuevo aniversario de su deceso.







viernes, 11 de septiembre de 2009

“HUASOLOGIA” E IDENTIDAD

Durante las Fiestas Patrias se elogia al huaso. En el resto del año "huaso" es expresión despectiva. Se emplea para tipificar al individuo encogido y tímido o a quien es grosero e ignorante. Resulta curioso que se repudie así al paradigma del Chile rural. Un esfuerzo por rehabilitarlo son las obras ya clásicas de Tomás Lago y de René León Echaíz y hoy el ensayo de Alberto Cardemil. Son esfuerzos que apuntan a quebrar el doble standard.

Si el roto es el paradigma urbano el huaso lo es del ámbito campero. Le ocurre lo mismo que aquel. Se le juzga gallardo y dadivoso. Sin embargo, durante los otros once meses es sinónimo de grosero y tosco. Se escucha eso de “huaso bien plantao”. Sin embargo es más frecuente, en lo cotidiano, escuchar aquello de “huasteco”, “huasamaco” y el desprecio que encubre aquello de “es muy huasito” para aludir cierta timidez torpe.

La cuna del huaso es el Valle Central y, de modo particular, Colchagua. No obstante se extiende hasta los confines de la IV Región y alcanza a la VI. Los otros son huasos de exportación por ejemplo en Magallanes o en Arica. Duchos en los skechs dieciocheros y en concursos de cueca son manifestaciones de la política de “chilenización” de los extremos del territorio de la república.

El origen de la palabra –escrita en el XIX con “g“ y con “h” en el XX- denuncia nuestro origen mestizo. Podría derivar del quechua y su significado: juinete. También podría derivar del andalucismo “guasa” que significa “gracioso”. Otra hipótesis nodesdeñable lo derivan de “guacho” vocablo aborigen que designa al párvulo con padre ausente. Estaría emparentado con “gaucho” que abarca Argentina, Uruguay y Brasil.

El huaso es mestizoide. No obstante, hay huasos de chamanto, espuelas de plata y latifundio tipo “Quincheros”. Son miembros de la clase dominante y, por ende, en ellos predomina lo español y la piel es menos olivácea que los huasos del faldeo y de la base. Estos últimos en vez de sombrero de fieltro, botas corraleras y botín de tacón son morochos, de pata rajá y chupalla.

Aquella doble visión que afecta al huaso también daña la imagen del roto. Es glorificado el 20 de enero -aniversario de la batalla de Yungay- y se le desprecia los otros 364 días como ordinario y picante. El mismo fenómeno es observable respecto al indio. Reverenciado en las páginas de "La Araucana" y en el nombre de un club de fútbol y, sin embargo, en la vida cotidiana es sinónimo de vandalaje, pereza y fealdad.

La crisis de identidad que nos socava se expresa en el doble standard. Ignoramos lo que somos. Aun más, no queremos ser lo que somos. Peor: negamos las raíces. De allí la afirmación "la raza es la mala”. Imaginamos "la copia feliz del Edén" como una ínsula europea. Existen torpes que insisten: "somos los ingleses de América del Sur" y reiteran "Chile está rodeado de enemigos”. El sistema escolar, por su eurocentrismo, no revierte, sino ahonda la incoherencia reseñada.



EN TORNO AL "18"

El Bicentenario es hispanoamericano y no sólo chileno. Conmemora la inquietud cabildal y el movimiento juntista que cubre de Buenos Aires y Santiago a México. Implica una explosión de fidelidad a la Corona. La Península está ocupada por las tropas del Imperio francés y cautivos el rey Carlos IV y el príncipe Fernando VII. En ese momento los provincias ultramarinas de España desconocen a un monarca impuesto por París y se proclaman leales a la Casa de Borbón. Las noticias estimulan a las clanes adineradas del Nuevo Mundo, es decir, a los españoles indianos a convocar Cabildos Abiertos. De ellos brotan Juntas de Gobierno. Eso de apellidarlas "nacionales" es un artilugio historiográfico.

El quiebre del Imperio, es decir, la Independencia vendrá poco después. Esas mismas familias, aunque ya en el Trono Fernando VIII, desconocen la tutela de Madrid. Optan por la autodeterminación. Legitiman el separatismo describiendo como opresiva la Colonia, elogiando el pasado aborigen y sembrando fobia a lo español. Aquello es extravagante porque son españolas y privilegiadas durante los tres siglos ibéricos. Contrariamente, indígenas -así como mestizos- están ajenos al conflicto. Aquel grupo -después oligarquía- estima cada comarca que controla una "nación". En ella se organiza una sociedad en que -hasta hoy- es la clase dominante.

El cuerpo políticoinstitucional fundado por Carlos V y Felipe II queda reducido a escombros. Sus habitantes pasan de súbditos a ciudadanos, pero se les estrecha el horizonte al entorno inmediato. Ante el alud desmembrador nada pueden los esfuerzos de algunos libertadores en orden a conservar la integridad. El desmenuzamiento es agresivo y sus efectos los padecemos hoy con repúblicas dotadas de soberanía raquítica, gobernabilidad precaria y económicamente pobres y con colosales desigualades. Tal fisión asume contornos trágicos en Centroamérica. Hoy el indigenismo alude a 513 "naciones". Excolonias con un potencial demográfico mínimo se proclaman, como Belice y Surinam, "naciones".

Quienes creen que Chile nace el 18 de septiembre de 1810 con una ramada como pesebre, bautizado con "pipeño" y asistido por el obstreta Toro y Zambrano se equivocan. Nuestro país en esa fecha ya es adulto. Ha sido "inventado" en 1536-7 por Almagro, comenzado a edificar en 1541 por Validivia y bautizado por Ercilla. Los primeros chilenos son producto del mestizaje entre los que llegan y las que están. Manifestar ésto y lo otro no es grato. Supone "desaprender" lo ya aprendido y eso implica sacrificio. Sin embargo, el compromiso académico es enseñar lo que sabemos, aunque nos "premien" con cicuta.



jueves, 10 de septiembre de 2009

MAPOTECAS ESCOLARES

Se registra preocupación por dotar de bibliotecas a los planteles escolares. No se observa, sin embargo, equivalente inquietud por suministrar mapotecas renovadas. Las Ciencias Sociales suelen enseñarse sin el saludable apoyo de las cartas. El Atlas -amén de constituir un desembolso extra- no reemplaza el empleo del mapa para ilustrar la lección. Cuando éstos existen suelen estar obsoletos. Aún es posible encontrar -por ejemplo- aquella proyección en la cual se representa a nuestro país quebrado en tres. También otro de África anterior a la descolonización. Nunca el de Latinoamérica, sino –si los hay- tres: uno de Norteamérica, otro de Centroamérica y un tercero de Suramérica. Los docentes no experimentan la necesidad de documentar su clase con mapas. Se comprende: son claves para facilitar la ubicación espacial del alumno. Menos común todavía es el ánimo de generar como dependencia de la asignatura la mapoteca, que incluya globos, mapas, brújulas, planos. croquis, esquemas y otros instrumentos indispensables para el aprendizaje.

Es persistente el uso de un planisferio con la proyección de Mercator. Con frecuencia está ajado. Allí aparece Europa céntrica, el océano Pacífico discontinuado y el Nuevo Mundo marginal. A abulta de modo exagerado el hemisferio Norte. El hemisferio Sur, en consecuencia, está empequeñecido. Nótese que Groenlandia compite. en superficie, con Suramérica. Además, de la Antártica -en el mejor de los casos- aparece el archipiélago de las Shetland del Sur. A veces, se omiten hasta las islas de Diego Ramírez, que enseñamos como la expresión más austral del Chile sudamericano. Con tal cartografía, los esfuerzos tendientes a generar conciencia oceánica y antártica son estériles. Por el contrario, el alumno -querámoslo o no- internaliza una sensación de lejanía. Queda reforzada la noción de habitar un área periférica del planeta. Chile aparenta padecer una doble marginalidad. Como correlato se fortalece la admiración exagerada por el Viejo Mundo.
El sentirnos y creernos "el último rincón del globo", algo así como “punta de riueles”, es antiguo. Ya Manuel de Salas combatió esa actitud que, en cierto modo, vigoriza el "quiebre de motivación de pertenencia" y el "efecto deslumbramiento". Ambos fenómenos -se sabe- son factores concomitantes de la crisis de identidad que padecemos. También Tancredo Pinochet Le Brun -hace un siglo- en su obra “La conquista de Chile en el siglo XX” exhorta a suprimir la expresión "Extremo Oriente" para referirse a Asia. Argumenta que, para un criollo, ese es Extremo Occidente, pues no contemplamos el mundo desde Londres o París. Se trata de opiniones señeras que incentivan a favorecer una renovación de la cartografía, en particular, aquella de uso escolar. Entonces la etiqueta correcta de chinos y japoneses no es “orientales” la que podría ser válida para un británico, sino “asiáticos”. Se requiere para nuestros alumnos una nueva cartografía. Se debe abolir el eurocentrismo.

Aquello de presentar el Pacífico escindido se visualiza en los planisferios. Tal proyección es tóxica porque bloquea la plasmación de una conciencia oceánica. Incluso el Chile polinésico -Rapa Nui- aparece omitido o, en el mejor de los casos "acercado" de modo artificioso. Es más, impide captar la importancia económica y geoestratégica de la Cuenca. Así, no se advierte que Japón y China, Australia y Nueva Zelanda, así como los jóvenes Dragones –los NICs, es decir, los New Industrial Countries- son fronterizos de Chile y, por cierto, de Suramérica. Ello, siempre que se conciba el mar, no como obstáculo, sino como puente o -mejor aún- como una especie de carretera líquida. Entonces, enseñar que el país posee por frontera el litoral, constituye un error. Es una concepción "playera" del límite occidental. Sin embargo, el rutinario uso del planisferio inspirado en la proyección de Mercator impide captar aquellos potentes polos de desarrollo localizados en "la otra ribera". Los mencionados países limitan con Chile por el Poniente, así como Argentina por el Oriente. Advertirlo exige nacionalizar la cartografía de aula.
Sintetizando, es imprescindible dotar de cartas geográficas a la asignatura de Ciencias Sociales concebida ésta asignatura no sólo como Historia, sino también de Geografía amén de Sociología, Economía y Derecho. Más todavía, es conveniente generar una mapoteca. En este esfuerzo debe apelarse a la acción creadora de educadores y de educandos. En colaboración con las asignaturas de Artes Plásticas y de Artes Manuales se pueden diseñar mapas de cualquier tamaño. No sólo aquellos que quedan restringidos al cuaderno, sino de otros perdurables de tipo portátil y otros estampados en las murallas al estilo de los frescos mexicanos. Lo expresado, sin embargo, no basta si somos incompetentes para "adaptar" la cartografía. Hasta ahora -por impericia, rutina o servidumbre- sólo hemos "adoptado" aquella usada en Europa. Se insiste: es urgente una proyección en la cual se represente a nuestra América céntrica y el Pacífico sin ruptura. En esa esfera se destaca la labor del SIESE “Manuel Ugarte” quien, en córdoba (Argentina) elabora y distribuye un planisferio renovado.

Además, es clave que aparezca la Antártica. Ello implica superar la típica "jibarización" del hemisferio Sur, en provecho de un engañoso gigantismo del hemisferio Norte. No es menos importante promocionar una proyección polar que pone a Chile, y por cierto al Cono Sur, en la condición de vecinos de dos polos de desarrollo emergentes: Sudáfrica, India y Australia. Estos son pasos indispensables para encontrar apoyo en el aprendizaje de materias, tales como la tricontinentalidad de Chile, la trascendencia de "ese mar que tranquilo te baña", la soberanía sobre el casquete polar y nuestra condición de partícula constitutiva del Cono Sur. En efecto, el interés por conseguir la sensación de vecindad con Oceanía, Asia y Africa -aquel "otro horizonte" ya mencionado- pasa por internalizar una vocación marinera en al aula. Ella es anhelada para Chile y los chilenos, no sólo por Manuel de Salas sino también por Salvador Reyes, Enrique Bunster y Benjamín Subercaseaux.
(En aula magna del SIESE, con Daniel Vaca Narvaja (izq.), recepcionando planisferio con nuestra América como eje central.)

domingo, 6 de septiembre de 2009

ETA ¡NO!

El afán por destruir España es antiguo. Ya el Reino Unido logra, en el XV, que se escinda Portugal. Así queda en el ayer la España ibérica. Ello origina una Lusoamérica que es Brasil y,obvio, Hispanoamérica. Durante la I República (1873-1874) los particularismos originan la revolución cantonalista. Sólo la restauración borbónica impide esa atomización cuya meta es convertir cada ciudad en un Estado al igual que las polis griegas de la Edad Antigua. La II República también genera fragmentación. No sólo Vasconia y Cataluña, sino, por ejemplo, Asturias y León se proclaman emancipadas e intentan representación en la Sociedad de las Naciones, organismo que antecede a la ONU. Eso terminó y el régimen impuesto -tras cruento choque interno- impone el principio de la integración bajo el lema: "España una, grande y libre". Hoy con la democracia -que implica un alto grado de suicida permisividad- regresan los secesionistas. Ya no es sólo el Estatuto de Cataluña, sino el terror de ETA lo que vulnera la unidad.

El Atlántico no es obstáculo para exportar la gangrena fragmentadora. Asesores etarras ya están presentes en la Araucanía. Impulsan la agitación mapuche. A esta minoría étnica se debe apoyar con tecnología, escolaridad y suelo. En esa esfera no hay discusión, pero es inaceptable allí un Timor Oriental o un Kosovo que parta en dos nuestro territorio generando una minirrepública de 620 mil habitantes así como Belice que no asciende los 150 mil. De modo irresponsable en esta semana la Cámara de Diputados recomienda, por amplia mayoría , reconocer a Saharaui que, con su Frente Polisario, incrementa el desmenuzamiento -en lo inmediato- de Marruecos y, en la esfera macro, de la nación arábiga. No nos quejemos que megapotencias coqueteen con un gobierno araucano en el exilio o que los ultras aborígenes asesorados por ultras criollos y extranjeros generen un foco guerrillero separatista. Controlense las ONGs europeas y limpiemos el territorio de personeros de la ETA. Ambas iniciativas no admiten demora.

sábado, 5 de septiembre de 2009

FERNANDO VILLEGAS

Se le conoce por programa de TV, sin embargo, es un escritor. Puede que no le agrade la etiqueta, pero es indispensable anotarlo como tal. Por cierto, también hace periodismo y sus notas de prensa invitan a la lectura y exigen tijera para archivarlas. Uno quiere atesorar lo que este personaje escribe porque piensa con cabeza propia y es ajeno a todo prejuicio y está distanciado de la disciplina que impone un partido o una secta. Ahora sorprende con "Ruego a Ud. tenga la bondad de irse a la... cresta". No ha mucho nos dejó cavilando con "El Chile que NO queremos". En el texto de ahora examina con agudeza al flaite y el "Cuesco Cabrera", al pije y al chanta entre otros especímenes de la fauna criolla. Vale la pena reiterar que en lo atinente a la estructura escolar Villegas es un analista de primer orden. Es urgente publique, en un tomo, sus notas y opiniones sobre educación.

EL LABERINTO DEL GENERAL

Gabriel García Márquez novela la tragedia que, para Bolívar, significa la emancipación. El divorcio con Madrid trae consigo un fruto tan imprevisto como espurio: el desmenuzamiento de un cuerpo sociopolítico. La unidad de éste se fragua en 300 años. Mientras EEUU son apenas 13 enclaves apretujados entre la cordillera de los Apalaches y el océano, las Indias Occidentales, en cambio, se yerguen articuladas y prósperas de California a Malvinas y de Atlántico a Pacífico. Sin embargo, la fragmentación transforma el mapa en un mosaico de republiquetas empobrecidas, endeudadas y rivales. Ese es el laberinto del general que Gabo presenta como su íntima hecatombe. Fallece el Libertador –como se sabe- abrumado por la melancolía y refugiado ¡oh, paradoja! en hogar hispano de Santa Marta.

El panorama no es de fácil comprensión. Durante dos centurias las estructuras escolares de cada Estado enseñaron Historia de Europa –con el marbete de Historia “Universal”- y, si el programa lo permitía, una Historia “Nacional”. Esta comenzaba de modo frecuente en 1810 poniendo énfasis en antagonismos con las patrias del entorno. A esta alienación contribuye la Asignatura de Cívica y, por cierto, las Facultades de Derecho. En tales ámbitos se aprende de memoria: “el Estado es la nación jurídicamente organizada”. Se dedujo, de modo instantáneo, “cada república es una nación”. La prensa hizo el eco y el desquiciamiento terminológico convierte en sinónimos Estado, nación, país y patria.

La chanfaina conceptual identifica “nacionalismo” con desprecio, recelo u odio a la república fronteriza. Aun más, acorde con las instrucciones del Pentágono nuestros uniformados aprendieron que “nacionalismo” debía entenderse como guerra sin cuartel a Moscú y a los comunistas. También se nutre, en cada país, de chauvinismo etnocéntrico. El laberinto alcanza a la izquierda donde todo nacionalismo –sin mayor análisis- es fascismo. El sambenito de fascismo lo padecen, en su momento, el PRI, el APRA, el MNR, el peronismo, el grovismo, el varguismo... La confusión es de tal envergadura que los viudos criollos del III Reich se autobautizan “nacionalistas”.

El laberinto del general conduce a obscuros vericuetos. Alumbrados con un cabo de vela a punto de apagarse por efecto del ventarrón de la estrategia “confundiólogica” del imperialismo –con suerte- encontraremos la punta del ovillo que Ariadna obsequiara a Teseo para introducirse en la maraña de pasillos, túneles y sótanos y, escapando de peligros y sortilegios, encontrar la ruta. Tales códigos esclarecedores pasan por revertir la tragedia del héroe que, acosado por los aislacionistas aliados con las macropotencias, convirtieron el continente en archipiélago. Allí –al decir de Juan José Arévalo- “sobre un océano de frialdad flotan errantes veintitantos témpanos sin conexión submarina y sin común horizonte”.




EL PRETEXTO...

Se denomina "pretexto", en una confrontación, a cierta facilidad que, a título gratuito y de modo inconciente, se brinda al contrincante. Este -si es hábil- la utiliza de inmediato para potenciar el ataque. No confundamos esta suerte de error con el "diversionismo" que es una pseudo omisión o flaqueza que, de modo premeditado, se obsequia al enemigo para distraer sus fuerzas y contragolpearlo. La torpe maniobra aludida es motivo que permite al enemigo reagruparse, mejorar la correlación de fuerza y hasta derrotar a quien es el antagonista.

En el pasado de proceso revolucionario que se desmoronaba se decía que lo habían "guatemalizando". Quizás la expresión se origine en el derrumbe del régimen de Jacobo Arbenz en Guatemala. Consiste en regalar "pretextos" a la "contra". Ello, principalmente, mediante arengas agresivas que ahuyentan a simpatizantes y empujan a neutrales a posturas opositoras. En eso -y uso la expresión de Perón- son duchos "los apurados de siempre". La empleó el mismo día del triunfo de Pinochet para señalar a los que rebasan el programa inicial de la UP empujando a Allende al barranco.

En la publicidad de Evo y de Zelaya veo muy campante la figura del Che. Se rumorea, cada vez con mayor documentación, por ejemplo, de acciones de Chávez en orden a la dávida de "pretextos". Una, convertir las canchas de golf en terrenos para construir poblaciones destinada a indigentes. Por cierto, el más frecuente es generar -y no esquivar- conflictos con la Iglesia. Se debe manifestar que Allende posee el mérito de cultivar óptimas relaciones con el Episcopado. No así Perón que -empujado por los "apurados de siempre"- tolera vejámenes a prelados y hasta profanación de templos en 1955.

El "pretexto" definido al comenzar esta nota se denomina también "provocación". Conducir un proceso de cambio de arcaicas estructuras que poseen hondas raíces hasta en la cultura exige un manejo muy cauteloso. La gradualidad es denostada como filiación "girondina". Sin embargo, el "jacobinismo" desemboca en el 18 de Brumario. Lo sabemos -hasta la saciedad- los chilenos... Aun no podemos salir a flote del abismo en que nos sumergen los fabricantes de "pretextos", es decir, nuestros "guatemalizadores". ¡Ojo! son los primeros en huir el 11 de septiembre de 1973.

DISCORDIA ANDINA

Si hay tres pueblos con raíz, sustancia y problemática comunes son Chile, Bolivia y Perú. Sin embargo, se nutren de triunfalismo los chilenos, de aversionismo los bolivianos y de revanchismo los peruanos. Los tres "ismos" impiden la complementación que supone sepultar el hacha de guerra y fumar la pipa de la paz. El alma de estudiantes y conscriptos -futuros ciudadanos- se envenena de patriotería en cada país.

En esa esfera de la siembra de odios y desconfianzas no hay inocentes. Los círculos dirigentes -con intensidades distintas y en momentos diferentes- estimulan ese clima de recíproca desconfianza. Las tres repúblicas, en el siglo XXI, optan por obsoletas estrategias del XIX. Una, la "paz armada" y la otra, la "diplomacia secreta".

Las tres cancillerías creen descubrir el hilo negro recurriendo a estos mecanismos empobrecedores del erario fiscal e intoxicadores del alma colectiva. Lo curioso que, en esta esfera, la adscripción doctrinaria de los gobernantes es poco lo que incide en los comportamientos diplomáticos. Esto es nítido, por ejemplo, en las tensiones registradas entre Asunción y La Paz. Lugo protesta por el armamentismo de Evo. En la trastienda está la Guerra del Chaco.

La Moneda formula promesas a La Paz de puerto sobre el Pacífico porque está horquillada por ´Torre Tagle en lo atingente a la delimitación marítima. Se sabe: jamás las cumplirá. Tras el forcejeo continúan las recriminaciones por la conflagración del Guano y el Salitre. Apenas ayer, en el conflicto del Cenepa, Santiago -en plena democracia- vende armamento a Ecuador porque su arcaica geopolítica lo juzga "aliado" en la hipótesis de conflicto con Lima.

Pinochet afligido por los halcones de la Junta, presidida por el general Videla, a propósito del Beagle, monta el show de Charaña. Así desarticula el peligro que implica la HV3 (hipótesis vecinal 3) que supone "el cuadrillazo", es decir, un Chile con tres fronteras en llamas. En caso de derrota el país es reducido a una franja entre Copiapó y Puerto Montt. Ahora nuestro canciller etiqueta de "provocación" llevar la querella de la frontera oceánica con Perú ante la Corte Internacional Justicia de La Haya. Hasta ayer lo claro es que, de común acuerdo, se recurría a esa instancia.

El Presidente Lagos esquiva la doctrina Toledo del control del gasto militar y convierte en arsenal el país. Alguien podría preguntarse ¿no son afiliados al PS ese mandatario y su ministra de Defensa y luego Presidenta Bachelet? Si, en efecto, lo son y esa tienda es un brote -en suelo mapochino- del APRA y García es aprista. Al final, lo retratado es una "merienda de negros" o "laberinto de Creta". Explicita la condición psicótica de una Suramérica tan pobre como confusa. Hacer claridad en medio de la tiniebla no es fácil, pero intentarlo es un deber de los genuinos discípulos de Felipe Herrera, Haya de la Torre y Jorge A. Ramos.

jueves, 3 de septiembre de 2009

HONORES MAPOCHINOS AL CORONEL

Nos informamos ayer 02.09.09 del deceso de un héroe. Se alude al coronel´Mohamed Alí Seineldín. No son pocos los que seguimos, tras el macizo andino, su trayectoria. Como los antiguos catadores de nuestros viñedos manifestamos :"Del tonel, un sorbo". Con esa frase se explica que para evaluar la calidad de un mosto es suficiente un trago. Del fallecido basta saber que es un militar malvinero y, como si fuese poco, asesor del torrijismo panameño. Con ambos datos, desde la trinchera suramericana nacional y popular el Centro de Estudios Chilenos CEDECH manifesta, sin aspavientos, pero con firmeza:

¡Malvinas son argentinas!
Coronel, ¡honor a tu memoria!

ABC: ANTILLAS HOLANDESAS

En el Caribe, frente a Venezuela, están las Antillas Holandesas. Las integran tres islas Aruba, Bonaire y Curazao ABC. Son pequeñas en superficie, pero ricas en petróleo y testimonios de la piratería que ejerciera Holanda en el área. El pequeño archipiélago dependió, hasta 1975, de la Guayana Holandesa. Ese año ésta se convierte en República de Surinam con medio millón de habitantes. En Aruba hay una especie de autogobierno tutelado por Amsterdam. Se ha detectado que allí complotan los adversarios del Presidente Chávez. Sin embargo, en Caracas, me desconcierta el desinterés venezolano por recuperar esos tres enclaves insulares equivalentes allá a Malvinas. Una de las ocasiones es la conmemoración del natalicio Nº 200 de Bolívar. La iniciativa de recuperarlos cae en el vacio. Dicho de otro modo, es campana de palo. Se podrá aplaudir al Vietcong en su guerra contra el coloniaje. No obstante, ese coloniaje se tolera en casa.

Este dato quizás sea fruto de la hipnosis generada por Europa. El tema no dispone de eco en Venezuela. Se alega eso si por asuntos limítrofes con Colombia. Hay un fenómeno de fatalismo y deslumbramiento que conduce a exhibir sin chistar un mapa con tres Guayanas que son colonias. Brasil ducho en mutilar al Paraguay, en tragarse el Acre de Bolivia y convertir en provincia Cisplatina a Uruguay nunca intenta desalojar a los europeos de esas factorías que le bloquean el horizonte caribeño ¿Qué geopolítica maneja Itamarati y las FFAA cariocas que jamás las reivindican? Entonces la apatía venezolana equivale al desinterés brasilero. Se despotrica contra la España de la Colonia y festeja la emancipación, pero los tres quistes coloniales no producen ni cosquilla. Ni en la cátedra ni en la prensa hay enjuiciamiento. Menos en los parlamentos. Nuestras cancillerías callan. Se confían a retoños de euroinmigrantes o a "gente linda". Unos y otros se arrodillan ante París, Londres y Amsterdam.

En Argentina hubo quienes impulsan la guerra contra Chile por el litigio austral, pero juzgan locura la epopeya del 2 de abril de 1982. Enfrentarse con chilenos -esos ordinarios "chilotes"- ¡si!, pero recuperar Malvinas, Orcadas y Sandwich del Sur ¡no! El repliegue de la campaña descolonizadora, explican, se debe a que los británicos son superiores. Nuestro gobierno militar y también la oposición entonces en la semiclandestinidad apoyan al Reino Unido. El general Matthei confiesa el apoyo a Londres con el argumento:"el enemigo de mi enemigo es mi amigo". La única voz proargentina es la de CEDECH. Contémplese el mapa suramericano y -a propósito del Bicentenario- reflexionemos sobre la semilla psicocultural de la dependencia externa. De modo muy específico, es sustantivo investigar el por qué de nuestra esterilidad para generar una geopolítica criolla. La apatía venezolana por aquel archipiélago y el desinterés brasilero por asomarse al Caribe son óptimas motivaciones.

ALOCUCION DE PROF. PEDRO GODOY EN TEATRO MUNICIPAL DE CAUQUENES DEL MAULE


Señor Alcalde,
señor Director de la Casa de la Cultura,
señor Director de Orquesta Infantojuvenil,
autoridades académicas, eclesiásticas, policiales,
señores representantes del mundo empresarial,
señores líderes de organizaciones comunitarias,
colegas profesores
amigas y amigos,
queridos integrantes de familia Canales Díaz:

En esta noche inolvidable –desde muy lejos- vengo a presentar ante cada uno de Uds. y, como consecuencia, ante el país esta obra. Se intitula “Bicentenario e identidad”. Hay un gesto de insurgencia regionalista en este evento. La obra no se presenta en la Capital, sino que debuta aquí en el sur profundo, siempre verde y lluvioso. El hecho implica un gesto simbólico: la búsqueda de la raíz originaria del país y huir –aunque sea por un instante- del smog y la farándula, de la politiquería y el cemento, de la moda exótica y la TV anestesiante.

Aquí está el autor y su obra. Un autor endeudado con este terruño. Hace ya años siendo académicos de la filial talquina de la Universidad de Chile con varios colegas- vinimos aquí. Nos trajo, como a Canaan, el catedrático Luis Donoso Varela. Nos empapa de un paisaje de sorprendente belleza. Aquí recibimos extrema hospitalidad. Aquel maestro ilustre adoctrina: en Maule está la Tierra Prometida. A Cauquenes la visualiza como una bíblica Jerusalen. A poco andar proclama que Pacha Pulai o, si se quiere, la Ciudad de los Césares está en Tutuven. Hacia allá marcha la gavilla a encontrarse con otro patriarca notable: Juan Canales García.


Aquellos académicos de raza: uno maulino de adopción y otro maulino raigal constituyeron una dupla fabulosa. Hicieron de cada uno de los peregrinos, discípulos y estos supieron de materias que ambos impartían en el minuto a minuto, en la plática aparentemente informal, a través de anécdotas siempre aleccionadoras ¿Qué cátedras dictaron en un caserón criollo de adobe y teja, a campo abierto en medio potreros o junto a tranques y esteros? Yo voy a enumerar algunas de esas materias: Don de gente, Elegancia interior, Laboriosidad patriótica, Sentido común, Coraje prudente… y otras más. Ello implica hablar claro, mirar a los ojos y exhibir seguridad. Por eso esta obra se dedica a la perpetua memoria de ambos chilenazos.


El libro es polémico. Un amigo apunta que sus páginas están más cerca de la sangre que de la tinta y quieren ser levadura que inquieta al lector y no pan que lo satisface. No es texto escolar dogmático, sino un manojo de ponencias contestatarias. No soy –mis queridos amigos- un yes man, un conformista, un fatalista. Si algo me caracteriza es que no le tengo miedo a la cicuta y dónde puedo expreso lo que juzgo mi verdad a veces de modo irreverente. No estoy con los lugares comunes ni comulgo con ruedas de carreta. Ninguna opinión que vierto oral o por escrito es para complacer a quienes detentan el poder. Ahora mismo mi tesis central es “Chile no nace el 18 de septiembre de 1810”.

Al producirse la instalación de la I Junta de Gobierno ya Chile existe y posee trescientos años. Me siento obligado a manifestar que el bicentenario es de la república y no de la chilenidad. Esa chilenidad fluye paso a paso del proceso de mestizaje. Son pocos los que sostienen lo señalado. Se ignora la mezcla entre los que llegan y las que están. Incluso la expresión “mestizo” posee un contenido peyorativo. Juzgo que es nuestro mayor mérito ser un pueblo de sangre mezclada y cultura también mezclada. No somos, como algunos torpes creen, “los ingleses de América del Sur” ni el país es una ínsula europea. Por eso no enseño que los españoles sean “los malos” y los aborígenes, los “buenos”. Unos y otros al amalgamarse plasman un pueblo nuevo.

Mi afán es atajar ese complejo de inferioridad que deriva de ser “hijos de la mezcla”. Hay personas que aun hoy argumentan que “la raza es la mala” porque nuestros progenitores remotos son de dudosa calidad. Eso es falso y estamos ante una campaña autodenigratoria que perjudica. Si repudiamos a nuestros antepasados se deteriora la autoestima. La seguridad del individuo, su confianza en si mismo, la autovaloración se nutre del orgullo que generan los padres y mejor aun si también los tatarabuelos. Sean acaudalados o modestos, ilustrados o iletrados, siempre deben ser los pulmones que nos permiten respirar hondo y el combustible que alimenta el ego.


Todo este libro es un alegato sostenido y documentado que enjuicia el modo como se enseña y aprende la Historia de Chile y, al mismo tiempo, se cuestiona ese sostenido patrioterismo que nos empuja a despreciar las repúblicas fronterizas. Al fin de cuentas rehabilito en mi obra las hebras fundacionales indoibéricas, sostengo que son Almagro y Valdivia los fundadores de la chilenidad, promociono la armonía con las patrias del entorno porque nuestra semilla es común, exalto lo criollo en oposición a lo forastero juzgado siempre mejor que lo propio. Ello es el germen del complejo de inferioridad que a que aludiera hace un instante. Allí está la causa de nuestra siutiquería, de nuestro clasismo y de nuestro racismo.

Hay mucho que conversar sobre los temas de este libro. Imposible que condense aquí mis reflexiones sobre identidad y los bosquejos biográficos de personajes. Menos alcanzo a reseñar lo anotado en el capítulo sobre lo hispánico y lo indígena. Quisiera reiterar -eso si- que el bicentenario no implica festejar el natalicio de la patria. Esta ya se plasma tres siglos antes que Mateo de Toro y Zambrano convoque al Cabildo Abierto. Chile es Chile ya con la expedición de Almagro y comienza a edificarse con Valdivia. Los conquistadores son nuestro patriciado y los mestizos los primeros chilenos. Hasta el vocablo Chile es aborigen y no se sabe, a ciencia cierta, su significado.

Finalizo manifestando
¡Gratitud a la Casa de la Cultura!,
¡Gratitud a la Ilustre Municipalidad!,
¡Gratitud a todos y a cada uno de Uds. por la paciencia de escucharme!,
¡Perpetuo recu erdo para los ilustres catedráticos Donoso y Canales!,
Por Tutuven ¡Viva Cauquenes del Maule!