lunes, 4 de enero de 2010

DE LA SOBERBIA A LA DERROTA

Siempre hay espacio para la "memoria". Recordar es el antídoto de la amnesia. Entonces no se olvida el como se purgaron las UU en aquellas sombrías jornadas inauguradas en 1973. Hubo otras "depuraciones" camufladas e igualmente stalinianas... comienzan en 1990. Mientras los catedráticos ingresados "a la carrera" durante el régimen de facto se "apernaban" eligiendo rectores afiliados a la DC, los catedráticos "de carrera" excluidos son pospuestos. Nos les devuelven sus cargos. Se argumenta: están "desactualizados", "no hay presupuesto", "deben reconcursar"... El entonces rector Lavados y el ministro Lagos, como lo anoto en mi obra "Libro negro de nuestra educación", permiten el regreso a las aulas sólo de unos pocos y favorecen a "retornados" que se graduan -de modo muy discutible- en la RDA con el padrinazgo de la Stasi y de Honecker.

Se habla luego -de la reconciliación en la familia aérea y otras ramas de las FFAA- pero jamás se considera a la "familia académica". Se archiva la promesa de reincorporación de los profesores exonerados. Estos así soportan la doble exclusión, la franca y la hipócrita. Deben echar mano a las leyes 19.234 y 19.562... una limosna. Personeros del Poder Ejecutivo juzgan, con altanería, el asunto "resuelto". Sin embargo, no hay tal. Así tampoco está resuelta la"deuda histórica". No discuto la caducidad o vigencia de ella, pero si censuro el estilo despótico y arrogante de la Concertación y La Moneda. Apoyado en la "memoria" se evocan ambos asuntos. Hoy no se exige reincorporación, pero si rejubilación y actos públicos rehabilitatorios. Aquellos gestos de soberbia han sido aportes a la derrota electoral de la coalición de gobierno. Pareciera que solicitar a los "creativos" del concertacionismo los analicen es "pedirle peras al olmo".