El Instituto Internacional de Estudios para la Paz (http:www.sipri.org) , de Estocolmo en su informe 2009 expresa que Chile se ubica en tercer lugar, después de Brasil y Colombia en gasto militar. Brasil lo encabeza con US$ 27.124 millones; Colombia, US$ 10.055 millones y Chile, US$5.683... En el ultimo decenio nuestro país aumentó sus egresos en artefactos bélicos de tierra, mar y aire en 48%. Si se mide en relación con el Producto Interno Bruto (PIB), el país que más recursos destina a las armas es Colombia, con el 3,7%, sólo dos décimas más que Chile que ocupa el segundo. Se debe advertir que el lapso corresponde a las Presidencias de Lagos y Bachelet cuya adscripción al socialismo es dudosa porque la tienda de Grove y Eugenio González manifiesta vocación latinoamericanista.
El frenesí armamentista de Santiag
o ha sido denunciado por CEDECH (www.premionacionaldeeducacón.blogspot.com) de modo sostenido. Los Estados fronterizos necesariamente se incomodan si un vecino se arma de modo excesivo. De por medio está la geopolítica oficial con sus arqueológicas hipótesis de conflicto y -¿por que ocultarlo?- el afán de enriquecerse de personeros ligados al Ministerio de Defensa. Urge que intervenga UNASUR, OEA o la ONU ante este desatino que pone en peligro la paz del Cono Sur. Al mismo tiempo, implica distraer fondos vitales para la salud, la educación, la reconstrucción y la seguridad. Esto último se refiere al abrumador alud delincuencial. Los argumentos de la "normal renovación de equipo" y de "política militar disuasiva" son más falsos que Judas
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