domingo, 14 de agosto de 2011

FELIPE HERRERA

Tanto Andrés Soliz Rada como Julio Fernández Baraibar rescatan del
olvido el genio y la figura de Felipe Herrera. Este chileno notable
milita en el PSP conglomerado que apoya en 1952 la postulación
presidencial del general Carlos Ibáñez del Campo. Será su ministro de
Hacienda y, al calor del ABC propuesto por Perón, viaja a Buenos Aires
elaborando el Tratado que liga económicamente Chile y Argentina. Será
siempre admirador del fundador del justicialismo. Ahora se recuerda
que, en reunión de los Ministros de Hacienda de la UNASUR efectuado en
agosto del año pasado, se elogia su pionera labor desde el BID. Las
agencias de noticias -al menos en Chile- ocultaron aquel homenaje que
permite realzar su legado de estadista y su obra de ideólogo..

Lo combate con furia el PC, lo excluye de toda función pública el
régimen militar y es olvidado por la Concertación. Vivirá sus últimos
años en el aislamiento. Lo aprovecha para continuar publicando obras
cuyo eje es la tesis de la reintegración de la nación deshecha que es
Iberoamérica. Nuestro vínculo comienza cuando apadrina -al interior
de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional,
específicamente en la Escuela de Periodismo- el Curso Electivo de
Integración de América Latina CEIAL. Lo instituye, en 1965 el
infrascrito. No es todo, en 1982 contribuye a fundar el Centro de
Estudios Chilenos CEDECH. Respalda la postulación del
desenclaustramiento de Bolivia, apoya a Argentina en la guerra de
Malvinas y aplaude, sin reservas, la paz vaticana respecto al Beagle.

Cada 17 de junio -en su residencia de Avenida El Cerro- con motivo
de su cumpleaño se congregaron, aun bajo la dictadura,
quienes lo apreciabamos y coincidiamos con la filosofía bolivariana.
El amable ritual dura hasta 1996. El 17 de septiembre de aquel año
fallece a los 74 años quien siempre nos animara en las tareas
académicas -donde su libro "Nacionalismo latinoamericano" es texto
oficial- y luego fuera asesor permanente del Centro de Estudios Chilenos
CEDECH. Me corresponde despedir sus restos en el Parque del Recuerdo.
Me acompaña en la triste tarea el entonces Presidente del BID Dr.
Enrique Iglesias. La ausencia de la Concertación es deplorable. Hoy
Soliz Rada, Fernández Baraibar así como la UNASUR comienzan la
tarea de rehabilitar a este ilustre gladiador que se empeñara en la
guerra por la unidad del "pueblo continente".

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