La vieja Europa vende armas a los continentes pobres. No obstante, se debe reconocer que son estos los que las compran. Hay un detalle... quienes venden -fabricantes de esos artefectos y gobiernos de turno- se asocian para la comercialización. En el país cliente los medios operan como estimuladores de la adquisición argumentando que las FFAA de allende la frontera preparan la agresión. No hay república del Nuevo mundo -exceptuando por cierto a EEUU y Canadà que carezca de litigios limítrofes. En todos hay gremios de patrioteros que favorecen las compras de armas. La maratón armamentista empobrece y acentúa la dependencia por el necesario entrenamiento que se requiere para usar los nuevos "juguetes" y por los repuestos.
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Estos escándalos surgen porque hay una costra de secretismo en las adquisiciones. Otro factor es que derechas ni izquierdas, sindicalistas y líderes estudiantiles... jamás abren la boca ante este loco afán de nuestras repúblicas en orden a competir en cuando a dotación de armamento. Lo sabemos, cada año, más sofisticado y por lo mismo muy pronto convertido en chatarra. Ni el más iconoclasta de nuestros líderes -incluyendo a los jerarcas elesiásticos- da su opinión de esas "importaciones". Menos se refieren a las "coimas" que convierten a modestos empleados públicos - de la noche a la mañana- en multimillonarios. A Europa se compra, a veces, artefactos dados de baja, es lo que denomina "segunda mano"... Respecto a este doble escándalo hay silencio y un aliado invisible: la amnesia.
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