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No obstante, hay un uso cotidiano
del término. Esta impregnado de contenido peyorativo. “China” es la mujer de
calaña plebeya. Todo el desprecio de casta se hace presente cuando la patrona
denosta a la "nana" -palabra quechua- manifestando. “¿Qué se habrá imaginado esta
china indecente?¨ La presunta chei –es decir, “la otra”- del marido
“chinero”, esa maldita “sucu” derivación de sucursal- es para la esposa legal “esa china
infeliz” . “Chinear” es el picafloreo varonil.
La expresión “china” es de uso
campesino sin nexo alguno a la patria de Mao. Alude a la mujer del huaso. Su
origen es quechua. Correspondió a nombre de las “vírgenes del Sol”, vestales
recluidas en los templos incaicos. Obvio, fueron botín del conquistador. El
nombre pasa después a denominar a las mancebas aborígenes que atienden al
encomendero. De allí su uso adquiere un significado cariñoso o despectivo. Así
de mestizas son nuestras raíces.
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