martes, 4 de mayo de 2010

PEDRO DE VALDIVIA: DETENIDO-DESAPARECIDO


O'Higgins, Prat, Portales o Balmaceda así como Ibáñez o Allende disponen de tumbas. Sin embargo, quien funda Santiago y las principales ciudades del país, ostenta los rangos de Gobernador, Capitán General y Justicia Mayor amén de ser el plasmador de nuestra literatura en prosa está desprovisto de túmulo funerario. Cae prisionero en Tucapel, aquel Dien Bien Phu aborigen de la época de la Conquista. Rústicos milicianos de Arauco, capitaneados por Lautaro, lo derrotan. En aquel boscoso lugarejo de la VIII Región, ubicado entre Los Angeles y Antuco, cercano al río Pilmaiquén, es contenido el invicto tercio de Carlos V. Entre la Navidad de 1553 y el Año Nuevo cunde el pánico en aquel Chile ya emergente ubicado del Bío Bío al norte. De allí, en adelante, nada se sabe, del tesonero don Pedro. Es un “missing”, según anotaría un gringo.

Hay sólo conjeturas en torno a su fin. Una, le introducen oro derretido por la boca. Esa tortura le ocasiona la muerte. Falso, pues son inexistentes los yacimientos auríferos en la Araucanía y los mapuches están entonces en el Neolítico y no en la Edad de los Metales. Otra es la de un juicio al que lo someten los toquis. El procesado habría intentado recuperar la libertad ofreciendo abandonar el país. También se alude a un ceremonial en la cual se le arranca el corazón y la víscera devorada para asimilar su coraje. Nada se verifica y todo es un misterio. Se ignora donde reposan sus restos. El fundador de la Nueva Extremadura –que ostenta como lema en su escudo de armas “La muerte menos temida da más vida”, con aproximadamente 46 años de edad- inaugura así la nómina de “detenidos-desaparecidos” en la aurora de nuestra Historia.

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