lunes, 10 de mayo de 2010

¿PROFESIONALIZACION PREMATURA?



Extender la escolaridad y postergar la profesionalización son aspiraciones antiguas. Se expresan en el incremento de los estudios generales y el menosprecio por aquellos conducentes a la especialización. Se avala esta línea citando a Montaigne «Antes que preparar al hombre de oficio, enseñemos el oficio de hombre». También se acude a Ortega quien habría denunciado al especialismo como una nueva barbarie. En un texto de pedagogía se anota «Primero el hombre después el productor. Primero ser después hacer. Primero conseguir que la vida sea digna de ser vivida. Después abrirse camino en la vida». En asambleas magisteriales se escucha «no a la preparación de mano de obra al servicio del capitalismo voraz». El estribillo: «homo loquax ¡si! homo faber ¡no!» El antagonismo «humanismo versus tecnología» es el contrapunto entre Ariel y Calibán que puso en boga José Enrique Rodó. De allí que se sobrevalore la educación humanistico-científica. Esta se conoció en el ayer como «humanidades». Son estudios teóricos ajenos a lo laboral.


La consigna «¡evitemos la profesionalización prematura!» conlleva la adiposidad de los liceos tradicionales -todos lo son incluyendo «experimentales» y «renovados»- y el desdén por las escuelas técnico profesionales. La ciudadanía adhiere por su ancestral desprecio a las manualidades y el anhelo de matricular a sus vástagos en la U para convertirlos en «doctores», ingenieros o abogados. Ayer mismo se ingresaba a la Escuela Militar con II medio. Ahora se exige IV y PSU. Los Institutos Comerciales ya no confieren el «cartón» de Contador. Las Escuelas Normales se suprimen en 1975. Permitían diplomar maestros básicos con 20 años de edad. Ahora el magisterio se prepara en Facultades de Educación. Ello supone dilatar la habilitación laboral. Los «expertos» -de nulo contacto con el aula- argumentan: «los egresados de la enseñanza media exhiben inmadure vocacional». Remedio: bachilleratos, es decir 2 o 3 años propedéuticos. La educación superior tardará ahora 8 años en profesionalizar. Esto lo paga la familia y, por cierto, el país.


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