PROFESIONALIZACION TEMPRANA O TARDIA

Dotar de modo temprano de profesión a cada chileno es lo òptimo Ello porque se evita el analfabetismo tecnológico. El fenómeno implica una muchedumbre con 4º medio, el alma repleta de aspiraciones y privada de instrumentos para autosustentarse y apoyar a sus familias. Si no ingresan a la U tratan de ubicarse como callcenteristas, vigilantes, cajeros de supermercados, juniors... Buscarán -hasta debajo de las piedras- desempeños que juzgan aliviados y en los cuales  estén proscritas las manualidades. Se proclamarán de clase media, aunque la periferia urbana pobre les muerda los talones. Son el producto de una estructura escolar que sobrevalora lo supuestamente "intelectual" y desprecia lo "tecnológico". Todo -durante 12 años de escolaridad- se ha reducido a estar ocupando una butaca y medio escuchando a un docente que, a duras penas, consigue minutos de silencio para explicar una materia. "Medio-escuchar" porque en los oìdos introducen botones conectados a aparato de música o, en su defecto, teclean el celular.

La tónica: tomar apuntes, El bolígrafo como emblema.
El docente expone y la clase es frontal. Los alumnos
sentados y gibados.

Hay descuido por la educación técnico-profesional. La rehuyen tanto en La Dehesa como en La Pintana. El liceo humanístico-científico se concibe como la única educación media. Empuja a miles a la U con la ilusión de convertirse en "doctores", ingenieros o abogados. Ahora los Institutos Comerciales no confieren el "cartón" de Contador. En 1975 el régimen militar suprime las Escuelas Normales. Permitió enviar al aula docentes veintiañeros con mística y dinamismo. Ahora los preparan las Facultades de Educación y de qué modo. No hay imaginación para capacitar mandos medios de la minería, la construcción, la silvicultura, la agricultura, la veterinaria, la piscicultura... Una educación para la creación de riqueza y el afán emprendedor es lo que el país requiere. En asambleas magisteriales esta doctrina se repudia. Se afirma que promueve "preparación de mano de obra al servicio de los empresarios". Lo preconizado no es profesionalización prematura, sino temprana y al servicio del país. La tardía supone despilfarro de  recursos financieros y biográficos.