En la PSU los planteles emblemáticos y los colegios ABC1 obtienen rendimientos de excelencia. En cambio, los alumnos de liceos de la periferia -municipales y particulares subvencionados- con suerte logran 500 puntos. Hoy, para que ingresen a las UU, se promueve no el estudio riguroso, sino el inflar los promedios con notas obsequiadas. Tal filantropía -se cree- permite superar la brecha. Otra vez la estrategia de Don Otto.
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