martes, 18 de octubre de 2016

TAREAS ESCOLARES

Debate originan estos compromisos académicos impuesto por los docentes a los alumnos. Son notorios, de modo particular, en la Media. Es frecuente que se abandone el aula con un fardo de tareas. Este implica una labor hogareña que altera a padres y apoderados. Cada asignatura endosa al curso, al finalizar la hora lectiva, una tarea. Se supone se ejecutará en el domicilio. Se suele visualizar como un nexo entre el alumno y su respectiva familia. La faena ayer se solía resolver con la enciclopedia y hoy con el Internet. Podían ser series de ejercicios de matemática, "cuestionarios" de historia o trabajos de "lenguaje".

Las tareas son resistidas por los adolescentes. Por agotamiento, desinterés o simple ignorancia los progenitores esquivan apoyar a los retoños. Ahora son campeones en exigir el fin de estos compromisos que se cruzan con los certámenes que generan "notas". Los educadores -en no pocas ocasiones- las exigen  como un modo de "avanzar en la materia". Suelen revisarse al desgaire. No obstante, los educandos están advertidos que esos contenidos "entran en la prueba". Quienes se oponen a esta labor extraaula sostienen que, establecida la Jornada Escolar Completa JEC, las tareas deben efectuarse en el recinto escolar.

Asi la JEC permitírá al alumno  compartir con su familia o distraerse y reposar. La controversia se origina el 2015 en España. Tal campaña para suprimirlas repercute en Chile. El tema -en vez de debatirse en el ámbito académico echando mano a la experiencia y al cronómetro- pasa al Parlamento. En el Senado se vota ley de Prohibición de las Tareas, El movimiento "La tarea es sin tareas" se regocija. La ministra Delpiano -con "sentido común"- replica: "es tan negativo prohibir las tareas como arbitrario exagerar el volumen de éstas". La polémica, el 2017, será materia de debate estudiantil con su típico populismo chabacano. 

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