viernes, 18 de julio de 2014

ELLOS LO SABIAN...

Si, lo sabían, pero callan. El mutismo se prolonga por decenios. Sin embargo, después de Krushev y de Gorbachov se verifica que la Unión Soviética no es  "la patria del proletariado" o "el paraíso socialista". Aquello había sido un infierno totalitario con policía  omnipotente , irritantes privilegios de la nomenklatura y un paraoico gobernando como autócrata. El XX Congreso del PCUS destapa la nausebunda olla. No obstante, continúan sin abrir la boca. Más encima, niegan la veracidad del documento que denuncia. Aquí Luis Corvalán acompañado de Gladys Marin sostienen que es un texto apócrifo. 

Los que guardan silencio ante la mayor estafa política y ética de nuestro tiempo son los intelectuales adictos al PC. No pueden alegar "desinformación". Viajan una y cien veces al bloque soviético. Disponen de escolaridad superior. Me refiero a escritores, artistas y académicos cuyo compromiso con los DDHH es irrenunciable. Callan ante las purgas, los genocidios, los gulags, el fracaso de la economía y el grotesco "culto a la personalidad". En sus libros y disertaciones reafirman la fe en aquel régimen liberticida. Imposible excusar, por ejemplo, a  Neruda, Hernán Ramírez, Olga Poblete o Joaquín Gutiérrez.

Pudieron seguir a Arthur Koestler, Andre Gide, Panait Istrati, Howard Fast y tantos otros que denuncian el colosal engaño. No los inmuta el totalitarismo, la masacre de Hungría, la ocupación de Checoeslovaquia, el derrumbe del Muro de Berlín. Optan por la fidelidad canina al Kremlin. Así nutrin la fe de centenas de buenos ciudadanos en un socialismo foráneo. Este encubre un sistema que se derrumba con la perestroika y el glasnost. Ellos que, por oficio, deben iluminar el sendero con la verdad, aunque fuese áspera, contribuyen a un macabro "apagón" . Francamente, "penoso". Si, penoso por decir lo menos.

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