domingo, 31 de mayo de 2015

NACIONES Y "NACIONES"

Hay naciones y “naciones”.   Esas entrecomilladas son de cartón piedra, es decir, fuleras.      Dicho de otro modo, montajes de los imperios. En ciertas ocasiones -éstos, obligados a  suprimir    las           colonias- las reemplazan por repúblicas vasallas, pero maquilladas como Estados soberanos y   a     los residentes se le convence que constituyen una nación. Operan a dos bandas, se incorporan a CELAC y están matriculados en la Commowealth.

La estrategia se puso en práctica en la Península Arábiga con un racimo de emiratos. La arabidad constituye una sola nación de Mauritania a Irak. Ello excepto el Irán cuya raíz es persa. Los árabes -muy cuidadosos con el léxico politológico- aluden a “países” y no a “naciones”. Esta la juzgan una, aunque –sabemos- está fragmentada en Estados que son algunos repúblicas y otros monarquías. El afán integrador de Nasser, en su momento, fracasa.

Iberoamérica no escapa de la atomización. En el siglo XX Londres funda sobre Honduras Británica la República de Belice con apenas 150 mil habitantes... Intenta fundar la Falkland Island Repúblic. También convierte en Estado la Guayana Británica que pasa a denominarse Guyana. Holanda transforma su Guayana en República de Surinam. Hubo esfuerzos por escindir de Nicaragua su litoral atlántico.

También el Reino Unido fabrica en el XIX al Uruguay. Es -en su origen- partícula del Virreinato de Buenos Aires. Así controla el sistema fluvial platino y genera una cuña entre Brasil y Argentina. En 1903 la Casa Blanca segrega una comarca de Colombia naciendo la “nación” panameña. En la cuenca del Caribe hay un racimo de enclaves europeos, ahora repúblicas. A modo de ejemplos: Granada.

Bolívar "inventa" el Ecuador con comarcas del Virreinato del Perú y luego tolera el separatismo del Alto Perú que -oh, paradoja- lo encabeza Sucre. Los secesionistas bautizan la nueva "nación" como "Bolivar" . Luego deriva en Bolivia. Su propósito último es envolver estas bisoñas repúblicas en la Gran Colombia. Sabemos, las discordias intestinas frustran el proyecto.

Brasil no se pulveriza. Un sólo país es lusoparlante. Focos separatistas brotados en el extremo sur son aniquilados. Uno de ellos lo motoriza Garibaldi quien aquí es secesionista e integrador en Italia. La tal unidad carioca se atribuye a un poder central robusto. Recuerdese que el gigantesco país si bien se emancipa de Portugal en  1823   hasta 1889  es una monarquía. Los emperadores Pedro I y Pedro II no toleran escisiones.  
 
De la atomización -con la excepción brasileña- no escapa Europa. Yugoslavia pierde su cohesión lograda por Pasic y mantenida por Tito, Después de sangrienta guerra, se convierte en un picadillo de Estados raquíticos y satélites. Se regresa así –tras intervalo de 75 años- al desmenuzamiento que permite acuñar el concepto de “balcanización” usado por la politología rioplatense. Chile se intenta fundar República de Arauco.

Eso de “naciones” entrecomilladas es epidemia. Bolivia establece que minorías amerindias son "nacionalidades". De allí que anote en su Carta que es república plurinacional.    Se debe esclarecer que dividir nuestra América es un negocio de las megapotencias. Dudo que no estén, en España, tras los catalanistas y los etarras. Unificar –o al menos complementar- entre si a nuestras  patrias es camino de desarrollo y liberación.

1 comentario:

Adolfo dijo...

Los británicos le quitaron al Brasil su proyección al Caribe con la Guyana armaron el mamarracho de Belize y a los americanos le plantaron el Canadá. Pero los argentinos somos los únicos que le plantamos cara a las fantasías piratas de los británicos. Esa fantochada de república no va a existir.