La mayor potencia del planeta -EEUU- es derrotada por un pueblo amarillo y harapiento. La guerrilla triunfa sobre la alta tecnología. Mayor derrota del materialismo histórico no se conoce. Lo económico no determinó el triunfo del opresor, sino el nacionalismo vietnamita obliga a rendirse a un gobierno títere y a los ocupantes estadounidenses. Un 30 de abril de 1975 los tanques del Ejército de Liberación ingresan al Palacio Presidencial de Saigón. Finaliza la confrontación. Balance: un millón de muertos vienamitas, 200 mil soldados invasores y destrucción de aldeas y ciudades. No dicte cátedra de DDHH Washington. "Con qué ropa" le enrostra a Pinochet la violacion de éstos. Allá los vulneran como hoy en Irak y Afganistán Antes en Panamá convirtiendo en prisionero al general Noriega, Presidente de la República. Con Johnson, con Kennedy, con Nixon o con Bush siempre es lo mismo. El tiburón y la sardina. No obstante, en ese heroico país del Asia sudoriental le sale el tiro por la culata. Si somos tercermundistas y nos adscribimos al combate contra los imperialismo festejamos la fecha como culminación de una epopeya. La saludamos como propia.
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